Barricadas, gas y sabotajes: las protestas vuelven a paralizar Hong Kong
Los enfrentamientos entre manifestantes y Policía en Hong Kong se repitieron este miércoles con más gas lacrimógeno, más calles cortadas, más barricadas en las universidades y más caos en una ciudad donde la situación se ha recrudecido tras la violenta huelga del lunes, que dejó 128 heridos, dos de ellos graves.
El operador del metro local, MTR, se vio obligado a cortar parcial o totalmente varias líneas durante la mañana debido a los sabotajes de los manifestantes, y pasado el mediodía el Departamento de Transporte indicó que hasta 108 líneas de autobús se habían visto afectadas por los cortes de calles.
Asimismo, la prensa local informa de que unas 250 sucursales bancarias cerraron sus puertas hoy después de que un grupo de manifestantes reventasen los cristales de una céntrica oficina del banco estatal chino Banco de Comunicaciones y destrozasen también el mobiliario del interior.
La tensión llegó incluso al Consejo Legislativo, el Parlamento local, donde se suspendió una sesión después de que el presidente de la Cámara expulsase a un destacado diputado opositor y de que los legisladores prodemócratas rodeasen al secretario de Seguridad de la ciudad, John Lee, y le gritasen que tenía "las manos manchadas de sangre".
LAS UNIVERSIDADES, CONVERTIDAS EN CAMPOS DE BATALLA
Los enfrentamientos fueron particularmente violentos en el campus de la Universidad China de Hong Kong, donde numerosos estudiantes continuaron hoy con sus protestas a pesar de que setenta de ellos resultaron heridos ayer.
Algunos estudiantes han montado tiendas de campaña a la entrada de la Universidad mientras otros preparaban cócteles molotov en las canchas de deporte ante una posible intervención policial, según la prensa local.
La gravedad de la situación en ese centro educativo se refleja en la evacuación de más de ochenta estudiantes procedentes de la China continental, que fueron trasladados por la Policía en dos embarcaciones antes de ser llevados a Shenzhen, ciudad vecina al otro lado de la frontera, donde varias organizaciones ya les ofrecen alojamiento y asistencia.
El portavoz local de una asociación para chinos que vuelven al país desde el extranjero aseguró que más de 150 estudiantes se habían puesto en contacto con él para consultarle sobre la posibilidad de abandonar la antigua colonia británica.
De hecho, hay algunos centros, como la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong, que están fletando autobuses gratuitos para que los estudiantes que deseen cruzar al otro lado de la frontera puedan hacerlo.
Y la situación no tiene visos de mejorar a corto plazo, como muestra el hecho de que las autoridades educativas tomasen la decisión de suspender mañana todas las clases en guarderías, escuelas primarias y secundarias y centros especiales.
Asimismo, tal y como ha sucedido en el resto de días de esta semana, algunas universidades ya anunciaron también la cancelación de la jornada lectiva. Por ejemplo, la Universidad Politécnica fue más allá y anunció que cerrará durante lo que queda de semana para garantizar la seguridad de sus estudiantes y del personal.
PEKÍN PIDE MANO DURA CONTRA LOS "ENEMIGOS DEL PUEBLO"
Mientras tanto, en Pekín reiteraron su apoyo a las autoridades hongkonesas y piden "acciones más poderosas, resueltas y efectivas" contra las "actividades ilegales y delictivas".
El portavoz de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao del Consejo de Estado (el Ejecutivo chino) Yang Guang exigió que no se permita que la violencia "siembre el caos" en Hong Kong, y que "no triunfen las conspiraciones antichinas" de los manifestantes.
En un comunicado emitido anoche, el portavoz gubernamental mostró "fuerte indignación" al condenar el suceso "inhumano" en el que un manifestante prendió fuego a un hombre de 57 años que había afeado a varios jóvenes su actitud durante las protestas.
Asimismo, durante la rueda de prensa ofrecida hoy por el Ministerio de Exteriores, el portavoz de esta institución Geng Shuang aseguró -recordando las palabras de la jefa del Gobierno hongkonés, Carrie Lam- que los violentos son "enemigos de la gente".
Geng también aseguró que la cuestión hongkonesa no versa sobre derechos humanos o democracia, sino de "parar la violencia y el caos" y de "respetar el Estado de derecho".
La huelga del lunes dejó un total de 128 heridos y 287 detenidos, de los que más del 60 % eran estudiantes, mientras que los incidentes del martes se saldaron con 142 arrestos, informó hoy la Policía.
Las manifestaciones en Hong Kong comenzaron en junio a raíz de un polémico proyecto de ley de extradición, ya retirado por el Gobierno, pero han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos de Hong Kong y una oposición a la cada vez mayor injerencia de Pekín.
No obstante, algunos manifestantes han optado por tácticas más radicales que la protesta pacífica y los enfrentamientos violentos con la Policía se han convertido en habituales.