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Un año después, Hong Kong sigue rugiendo, pero los manifestantes son cada vez menos

Jóvenes en una marcha en Hong Kong
Jóvenes en una marcha en Hong Kong / AFP
Afp
09 de junio 2020 - 11:24

Varios miles de manifestantes descendieron este martes de noche a las calles de Hong Kong para conmemorar el primer aniversario del histórico movimiento de protesta en la excolonia británica, que en la actualidad pena para movilizar multitudes.

A las numerosas detenciones, que han significado un duro golpe para el movimiento, se agregan las medidas adoptadas para combatir COVID-19, que entre otras prohíben reuniones de más de ocho personas, así como planea el espectro de la inminente entrada en vigor de una ley sobre seguridad nacional.

El inicio de las manifestaciones gigantescas, algunas violentas, fue el 9 de junio de 2019. Aquel día, una inmensa muchedumbre de hongkoneses invadió las calles del territorio, teóricamente semiautónomo hasta 2047, oponiéndose a un proyecto de ley que autorizaba las extradiciones hacia China, que fue retirado.

Rápidamente los enfrentamientos entre policía y manifestantes se convirtieron en frecuentes, dividiendo a la población y afectando a la reputación y estabilidad del territorio.

Desafiando la prohibición a manifestarse, en el marco de las medidas contra COVID-19, miles de personas desfilaron al anochecer por las calles del Central, corazón financiero del enclave, coreando eslóganes pro-democracia.

La policía antidisturbios intervino rápidamente para dispersar a los manifestantes, realizando más detenciones.

"No hemos olvidado"

"Todavía tenemos que salir a la calle para hacernos escuchar y decirle al régimen que no hemos olvidado", señaló a la AFP Michel, un manifestante de 23 años que se identificó como Michael.

Este martes más temprano, la jefa del ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, nombrada por Pekín y muy impopular, dijo a la prensa que "Hong Kong no puede permitirse un caos así", pidiendo que todas las partes "aprendan la lección".

"Los hongkoneses deben demostrar que son ciudadanos razonables y sensatos de la República Popular de China" si quieren mantener sus libertades y autonomía, añadió Lam.

La excolonia británica fue retrocedida a China en 1997 tras un acuerdo que garantizaba al territorio una autonomía y libertades desconocidas en el continente, según el principio de "un país, dos sistemas".

"Combate interminable"

En la última década, nació un movimiento de protesta, alimentado por el temor a perder las libertades en esta metrópoli financiera.

Según los especialistas, el margen de maniobra de la oposición hongkonesa se redujo desde el año pasado.

"No creo que la cólera se haya calmado mucho pero el problema es que muchas acciones no están autorizadas en las circunstancias actuales", explicó la AFP Leung Kai-chi, analista de la Universidad China de Hong Kong (CUHK).

"La gente espera una oportunidad, claro que quieren manifestarse de nuevo (...) pero no lo harán de manera irreflexiva", según Francis Lee, responsable de la escuela de periodismo en CUHK.

Piden principalmente la instauración del sufragio universal y una investigación independiente sobre el comportamiento de la policía. Demandas rechazadas por el ejecutivo local y Pekín.

En reacción, China decidió adoptar en Hong Kong un proyecto de ley que prevé castigar las actividades separatistas, "terroristas", la subversión o las injerencias extranjeras.

Pekín aseguró que esta medida sólo afecta a "una pequeña minoría" y permitirá restablecer la confianza del mundo empresarial.

La oposición teme que provoque una represión política en el enclave similar a la de China continental.

"Primero (Pekín) hace perder a los hongkoneses su corazón y su alma y luego intenta obligarlos a ser leales", dijo Kong Tsung-gan, activista, autor de tres libros sobre el movimiento de protesta.

A los hongkoneses les espera "un combate interminable" y "tendrán que estar preparados para sufrir y sacrificarse todavía más que hasta ahora, añadió.

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