Entre el dolor y la desnutrición: los rostros de una guerra que no termina

Impagenes que dejan el conflicto Israel-Hamás / Cortesía: AA
Luis Jiménez
25 2025 - 20:54

Hemos llegado al Kibbutz Be’eri, ubicado a tan solo 3.5 kilómetros de la Franja de Gaza. A mi izquierda, aún se observan los vestigios de la destrucción causada por el ataque del grupo Hamas el 7 de octubre de 2023, una ofensiva que detonó la guerra que, hasta hoy, continúa cobrando vidas en esta región.

Una residente del kibbutz relata con dolor: “Amigos de mis hijos, que también eran amigos de los hijos de ella, fueron matados y secuestrados. Fue algo increíble, increíble, el terror que hicieron”. Peluches y juguetes de niños todavía forman parte del escenario, que remite a esos momentos de horror, cuando se escuchaban disparos y gritos de desesperación. “Empezaron a escucharse gritos en árabe, tiroteos, golpes en la puerta de acero”.

La angustia familiar

Hugo, uno de los sobrevivientes, recuerda con tristeza:

“Nunca voy a olvidar que mi nieto, el menor, de 13 años, estaba así, temblando. Me preguntaba: ‘¿Cuándo vienen los soldados? ¿Cuándo vienen los soldados?"

Según datos de Amnistía Internacional, más de 1.200 personas murieron durante ese ataque inicial y otras 250 fueron secuestradas. Luis Har y parte de su familia estuvieron entre los rehenes. Tras 129 días de cautiverio, lograron ser rescatados por el ejército israelí.

Nos abrazamos todos, nos agachamos y así estábamos en la punta. Y eso fue lo que, en realidad, nos salvó la vida, porque los terroristas patearon todas las puertas, incluso la del cuarto refugio”, relató Luis Har. “Trataron de abrir… al tercer intento todo voló, rompieron todo”.

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Los refugios, parte de cada vivienda, salvaron muchas vidas durante los días posteriores. Búnkeres como estos también están instalados en las paradas de buses a lo largo de esta carretera. En uno de ellos, dos chicas sobrevivieron; sin embargo, el hijo de Diego Ariel no tuvo la misma suerte.

“A las seis de la mañana, a los chicos los pusieron en bolsitas… solo hasta el mediodía. Yo pasé a ver a todos los chicos, por si era mi hijo. Todo el tiempo había bombas aquí”, relató con voz quebrada.

El horror del Festival Nova

A unos cinco kilómetros de Gaza, el Festival Nova de música electrónica también fue blanco del ataque. Alejandra López fue testigo del horror:

“Claramente escuchamos gritos de chicas, gente pidiendo que no las mataran, chicas que estaban siendo violadas, personas que estaban siendo torturadas. Pero no podíamos hacer nada”.

En ese lugar, 300 jóvenes fueron asesinados y más de 40 llevados como rehenes. Hoy, el sitio se ha convertido en un santuario que es visitado por decenas de personas.

“Las asesinaron dentro de Migonit. Mi mejor amiga fue allá, a la barrera, y a mi otra amiga la quemaron viva. Eran más jóvenes que yo”, lamentó Alejandra.

Una guerra que sigue

Mientras tanto, del otro lado de la frontera, en Gaza, el estruendo de las bombas no cesa. Para finales de mayo, resultaba impactante escuchar su sonido tan cerca e imaginar el drama humano en el enclave palestino.

Joel Shwarts, historiador, advierte:

“Indudablemente, estamos hablando de miles y miles de muertos. Por supuesto que muchos de ellos son civiles inocentes que caen como consecuencia de lo que está pasando”.

Según cifras de las autoridades palestinas, más de 57.000 personas han muerto por la ofensiva israelí. Entre ellas, más de 17.000 niños y unas 10.000 mujeres. Se estima que hay más de 130.000 heridos.

Joel Shwarts también señala el creciente descontento interno: “Muchas personas están desconformes. Estamos hablando de entre un 60 y un 74% de desaprobación hacia la actuación del gobierno”.

Luis Har cuestiona la estrategia de Israel: “Primero que todo, es una ideología. No se puede matar una ideología. Así que no sé qué quiere realmente nuestro gobierno al decir que hay que eliminar a Hamas, porque no creo que esa sea la solución”.

Crisis humanitaria en Gaza

La crisis humanitaria se agudiza. Según la FAO, medio millón de gazatíes está en riesgo de desnutrición extrema. Gran parte de los campos de cultivo han sido destruidos por los bombardeos israelíes. Naciones Unidas considera que la Fundación Humanitaria de Gaza —creada por Israel y respaldada por Estados Unidos— es una fachada que fomenta más violencia y busca el desplazamiento forzado de más de la mitad de los 2.1 millones de palestinos que viven en la franja.

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