La humillación, causa tras los ataques de adolescentes palestinos
Una treintena de adolescentes palestinos han muerto abatidos al apuñalar o intentar agredir a israelíes en cuatro meses. Sus familias y expertos se preguntan qué les lleva a cometer ataques en los que saben que posiblemente perderán su vida.
Hadil Awad tenía 14 años, una familia convencional (dolida por la muerte de su hermano Mahmud hace dos años por un disparo en la cabeza de fuerzas israelíes), sacaba buenas notas y quería ser médico, cuenta a Efe su madre, Maliha Jadernaja, en su casa próxima a Qalandia, a escasos metros del muro construido por Israel que corta el camino a Jerusalén y deja un paisaje gris de hormigón.
"Una mañana fue a la escuela, pero llamaron para decirme que no había ido. Después escuchamos que se había ejecutado una operación (como los palestinos llaman a los ataques contra israelíes) y, cuando encendimos la tele, la vimos. Había sido ella", dice aún sin creerlo.
Junto a su prima Nourhan, de 16 años, apuñaló con unas tijeras a un hombre mayor cerca del mercado central de Jerusalén, hiriéndole antes de encararse con más miedo que determinación (como muestra un vídeo difundido en internet) a un guardia de seguridad israelí que la abatió a tiros, matándola en el acto e hiriendo a Nourhan.
El psicólogo infantil Musa Najib cree que los menores que, como ellas, han protagonizado este tipo de ataques, actúan entre otros motivos por reacción a la pérdida de la autoridad paterna, familiar o social que ha sido desafiada por Israel y los efectos de la ocupación.
"Ven todo lo que les rodea, que los israelíes no tienes líneas rojas, que arrestan a gente, la atacan, invaden pueblos y entran en las casas. Ven a sus padres y a sus abuelos golpeados, humillados, afectados de maneras diferentes", explica a Efe.
El psicólogo expone que cuando iniciamos la adolescencia, nuestros padres "son héroes que lo pueden todo. Y, de repente, descubrimos que nuestro héroe no lo es. Esto tiene una carga psicológica que les hace reaccionar".
Cuando actúan, "se convierten en héroes por si mismos, porque protegen a su familia, sus tierras y, de algún modo, incluso al concepto de autoridad que se había desvanecido".
A esta sensación se une la falta de horizonte de paz, la desesperación ante una ocupación con la que han nacido y a la que no le ven el final y, según Israel, la incitación que se difunde en los medios de comunicación y en la red.
Coincide con Najib Isam Jatib, trabajador social de una ONG de Ramala que ofrece apoyo psicológico y social a menores palestinos.
Según ambos, los jóvenes agresores tienen un pensamiento idealista y creen que con sus actos "se sacrifican por los demás, para lograr una vida mejor", lo que difiere de la concepción más pragmática de los atacantes adultos, que se suelen considerar "luchadores por la libertad".
En general, proceden de un entorno familiar que les arropa, su situación económica es normal, son buenos estudiantes y gozan de reconocimiento en su comunidad, señalan estos expertos palestinos, que rechazan la "narrativa israelí" que les describe como problemáticos, faltos de confianza o que buscan el suicidio.
Jatib destaca que detrás de estos ataques, que se han multiplicado en los últimos cuatro meses y medio, "no hay ninguna facción armadas o políticas. Lo hacen ellos por si mismos".
Desde el 1 de octubre, la violencia en la región ha dejado 178 palestinos muertos, más de dos tercios al perpetrar ataques o presuntos ataques (la mayoría con arma blanca), que han dejado 28 víctimas mortales israelíes y tres de otras nacionalidades.
Según fuentes israelíes, un 37% de los atacantes eran menores de veinte años.
Entre los palestinos abatidos en agresiones o disturbios hay 37 de menos de 18 años, lo que ha llevado a instituciones y ONG a denunciar una "respuesta excesiva" de las fuerzas armadas israelíes, a las que acusan de "disparar a matar" incluso si el sospechoso es un menor.
Bashar Yamal, de la ONG Defence for Children International (Defensa de los Niños Internacional), no niega que exista una tendencia creciente de casos de menores palestinos que apuñalan a israelíes, pero denuncia un "uso excesivo de la fuerza" contra ellos.
"Considerar que los niños palestinos se ponen a apuñalar sin más es ilógico. Hay que tener en cuenta la atmósfera de ocupación", según Yamal, que en su opinión crea "motivaciones" para estos actos, porque los niños crecen en un ambiente militarizado, con presencia constante de soldados, puestos de control, asentamientos, humillaciones, etc.
Jatib destaca que vivir en un mundo global y conectado también juega un papel importante, pero contempla las redes sociales no tanto como fuentes de incitación a la violencia, como denuncia Israel, sino como una ventana en las que los adolescentes descubren otros mundos.
"Ven las diferencias y esto les anima a actuar", dice Jatib.