El luto por los caídos llena hoy los cementerios de Israel
Sentado ante una tumba en el cementerio militar del Monte Herzl de Jerusalén, el anciano israelí Zvi Cohen recuerda con nostalgia a de su hermano, Moshe, un soldado que murió hace más de medio siglo tras ser herido en la Guerra de los Seis Días de 1967.
"Es como si fuera ayer, como si el tiempo no hubiera pasado", cuenta a Efe al lado de la sepultura de su hermano, a la que acude cada año desde hace más de medio siglo en el Día del Recuerdo a los Caídos y Víctimas del Terrorismo, una jornada en la que se mezclan la tristeza y el orgullo nacional y durante la que Israel conmemora a sus víctimas en los distintos conflictos en los que participado.
La tumba de Moshé Cohen se ubica entre miles de sepulturas, hoy llenas de ramos de flores, limpias de maleza y coronadas con pequeñas banderas israelíes, en las que fueron enterrados con todos los honores miles de personas muertas en combate o en servicio a las que familiares, allegados y ciudadanos comunes rinden homenaje a lo largo de esta jornada.
Civiles y militares abarrotaban a primera hora de la mañana el tranvía de Jerusalén hacia el Monte Herzl, que alberga el principal cementerio de la ciudad y donde muchos escucharon a las 11.00 hora local (08.00 GMT) las sirenas antiaéreas, las mismas que se emplean en caso de amenazas de ataque, y que paralizaron el país durante dos minutos en señal de duelo.
"Debemos recordar a los caídos para recordar lo que ha costado llegar hasta aquí", explica a Efe el joven Natan Benhamou, mientras pasea por el cementerio militar de la Ciudad Santa, uno de los más de cuarenta que hay en el país, ante un monumento en homenaje a los 200.000 soldados judíos muertos en servicio con el Ejército soviético durante la II Guerra Mundial.
Para Benhamou, que perdió a compañeros que hicieron el servicio militar con él, homenajear a los fallecidos significa "recordar los valores que han transmitido, como los sacrificios que han hecho por la comunidad o la defensa de la sociedad civil".
Acompañados por sus padres, los más pequeños visitaban el cementerio con curiosidad, mientras muchos de los más mayores no podían evitar el llanto.
Yehuda, un jubilado de 67 años, rompió a llorar ante la tumba de su amigo, Isaac Menashe Davidovich, soldado que murió en la península egipcia del Sinaí, entonces controlada por Israel, durante la Guerra del Yom Kipur de 1973.
Entre los jóvenes, Adina y Dania, hermanas de 18 y 22 años respectivamente, rezaban sentadas ante la tumba de Gabi Uziel, que murió en 2003 con 20 años mientras servía con el Ejército en el territorio palestino ocupado de Cisjordania.
Según los datos que facilita el Ministerio de Defensa, Israel tiene cuantificados 26.891 caídos, de los cuales 23.741 son considerados como caídos en guerra, y 3.150 como víctimas de terrorismo.
Estos números contabilizan las muertes desde antes de la fundación del Estado (en 1948), en concreto desde la construcción del primer barrio judío fuera de las murallas de Jerusalén, en 1860.
Las cifras oficiales incluyen también a soldados fallecidos por enfermedades o causas naturales durante los años de servicio militar y cifran en el último año en 96 los fallecidos, 56 soldados y policías y 40 veteranos de guerra inválidos y lisiados que perecieron por sus heridas.
"Hoy es un día de enorme pena pero también de camaradería y donde todos nos sentimos como una gran familia", afirmó el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en una ceremonia en el Monte Hertz en la que dedicó palabras de ánimo a las familias de los caídos.
Esta jornada de luto, que comenzó al atardecer de la víspera con una ceremonia oficial en el Muro de las Lamentaciones, marca la cuenta atrás para la celebración del Día de la Independencia, que dará comienzo esta noche para seguir toda la jornada de mañana.