Trump se muestra contento pero su apoyo político es incierto
Pasada la violenta crítica de dos congresistas republicanos, Donald Trump puede alegrarse de que sus detractores más duros abandonen pronto la escena, pero su apoyo político está comprometido en momentos en que necesita al Congreso para aprobar su reforma fiscal.
Aunque no respondió en la noche del martes a las crudas críticas de los senadores Bob Corker (Tennessee) y Jeff Flake (Arizona), que en una serie de explosivas declaraciones lo acusaron de ser un "peligro" para la democracia, el mandatario lanzó su contra-ofensiva en la madrugada del miércoles por Twitter, como es su costumbre.
"La reunión con los senadores republicanos ayer (martes), aparte de Flake y Corker, fue un festival de amor con grandes ovaciones y grandes ideas para Estados Unidos", afirmó, intentando dar una imagen de un partido unido, al día siguiente de su visita al Capitolio.
En algo más de un año, luego de las elecciones de medio mandato, los dos republicanos más críticos de la presidencia de Trump, a quienes se debe sumar John McCain, habrán partido de Washington y ya no tendrán la prestigiosa caja de resonancia del Senado para hacer escuchar sus voces disidentes.
El equipo de Trump puede abrigar la esperanza -aunque una victoria demócrata no puede excluirse- de que los sucedan en el Senado congresistas republicanos menos díscolos.
Pero el espectacular episodio del martes recuerda las profundas fracturas ideológicas que atraviesan al Partido republicano y provocan escalofríos a los estrategas del "GOP" al aproximarse las elecciones de medio mandato, previstas para noviembre de 2018.
"Probablemente no haya lugar para un republicano como yo en el clima republicano actual o en el Partido republicano actual", lanzó Jeff Flake, apuntando a donde duele.
Steve Bannon en emboscada
La evolución política podría convertirse en un rompecabezas para la Casa Blanca, que espera la aprobación de una masiva reducción de impuestos, promesa emblemática de campaña del magnate inmobiliario.
¿Trump podrá conquistar a los congresistas republicanos actuales para lograr finalmente un pírrico triunfo legislativo y al mismo tiempo alimentar la revuelta propiciada por su exconsejero estratégico Steve Bannon?
El defenestrado estratega maniobra para impulsar candidatos "anti-sistema" y sacudir al "Grand Old party", tomando como chivo expiatorio al líder del Senado, Mitch McConnell.
Bannon, virulento enemigo del "establishment", se congratuló de la anunciada partida de Flake. "Muchos otros le seguirán", declaró al Washington Post, en el estilo provocador que cultiva.
Otra dificultad para el 45º presidente estadounidense: aunque Corker y Flake planeen partir, todavía tienen tiempo para hacerse escuchar y convencer.
Luego de sus declaraciones del martes, podrían convertirse en asiduos invitados de los programas periodísticos dominicales de las grandes cadenas de televisión estadounidenses.
"En los próximos 14 meses, desprendido de las limitaciones de la política, yo me guiaré exclusivamente por mi consciencia", advirtió el senador por Arizona en un artículo publicado por el Washington Post. "Es hora de que todos digamos: Basta!".
Los republicanos, con una estrecha mayoría de dos votos en el Senado, saben que los enfrentamientos de los próximos meses serán duros. Y luego de los reiterados fracasos para la derogación del Obamacare (reforma del programa de cobertura médica de Barack Obama), no pueden permitirse una nueva derrota.
"Trabajamos duro para hacer aprobar la mayor reducción de impuestos de la historia estadounidense", tuiteó Trump en la mañana del miércoles. "Mucho apoyo en todas partes", afirmó antes de partir a Texas, acusando a los medios de escribir "muchas cosas negativas que no son ciertas", así como de caricaturizarlo.
"Los medios me presentan como alguien menos cortés de lo que soy en realidad (…) yo fui a una gran universidad, me fue muy bien, soy alguien muy inteligente", explicó, agregando que tiene "una de las mejores memorias de todos los tiempos".