Reuniones en Nueva York intentan detener guerra en Siria
Delegados del Grupo Internacional de Apoyo a Siria se reúnen este viernes en Nueva York para limar diferencias en el marco de un ambicioso plan de Estados Unidos y Rusia que busca apoyo de la ONU para lograr un alto el fuego que detenga la brutal guerra civil en Siria.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, visitó esta semana Moscú para asegurar a ese aliado clave del presidente sirio Bashar Al Asad de que Washington no busca un "cambio de régimen".
Kerry se reunió el jueves con el ministro de Relaciones Exteriores saudí, Adel Al Jubeir, en un hotel de Nueva York para tranquilizar al enemigo más implacable de Asad y asegurarle que Estados Unidos no aflojará su presión sobre el hombre fuerte de Siria.
Se trata de un arriesgado acto de equilibrio diplomático con el cual Kerry pretende mantener tanto a Moscú como a Riad dentro del grupo de 17 países que conforman el Grupo Internacional de Apoyo a Siria que busca establecer conversaciones de paz.
Washington y el emisario de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, quieren que el régimen de Asad y los grupos rebeldes envíen delegados para dar inicio a un diálogo de paz antes del 1 de enero.
Si se consiguiera un cese al fuego en la guerra civil de cuatro años y medio, que ha dejado 250.000 muertos y forzó a millones de personas a partir al exilio, tanto las tropas Sirias, como Rusia y la coalición internacional liderada por Estados Unidos podrían concentrar su atención en combatir al grupo yihadista Estado islámico.
Según un acuerdo alcanzado el mes pasado en Viena, el gobierno y los rebeldes sirios tendrían seis meses para formar un gobierno de transición y 18 meses para organizar unas elecciones nacionales.
Pero el destino de Asad es el principal obstáculo para salir de la crisis.
En una entrevista para la televisión holandesa NPO2, Asad dijo el jueves que con los esfuerzos por provocar un cambio de régimen en Damasco la guerra “se eternizará”.
La guerra podría acabar en menos de un año "si los países responsables actuaran contra la llegada" de combatientes extranjeros a Siria, afirmó Assad.
Asuntos pendientes
Pero numerosos temas pendientes siguen planeando sobre el proceso.
¿Podrían Asad y sus aliados extranjeros, como Rusia e Irán, sentarse a negociar con los rebeldes a los que habitualmente denuncian como "terroristas"?
Y, a su turno, ¿podrían los rebeldes y sus aliados extranjeros tolerar conversaciones con un régimen al que acusan de haber matado a miles de sus propios ciudadanos con bombas de racimo y armas químicas?
Los enviados internacionales -incluyendo al canciller ruso Sergei Lavrov- buscarán escuchar de Arabia Saudita un informe de cómo progresan sus esfuerzos para mediar en la conformación de una coalición rebelde que negocie con Damasco.
Pero incluso si un alto al fuego fuera posible, ¿quién estaría a cargo de vigilarlo? ¿Quién podría liderar la lucha contra organizaciones yihadistas como Estado Islámico, el Frente Al Nusra y Al Qaida, que quedarán por fuera del proceso de paz?
Para abordar estas y otras interrogantes, el Grupo Internacional de Apoyo a Siria se reunirá en un hotel de Nueva York por invitación de Estados Unidos.
Luego los diplomáticos irán a la sede de Naciones Unidas para buscar, y muy probablemente obtener, la aprobación del Consejo de Seguridad para iniciar el proceso de paz.
"El resultado que se espera de la sesión de la tarde (en la ONU) es obviamente la aprobación de una resolución y el secretario (Kerry) sigue confiando en que podemos obtenerlo", dijo el jueves John Kirby, portavoz del Departamento de Estado.
Los diplomáticos estadounidenses admiten que el plan es ambicioso y que el éxito no es seguro, pero tienen la esperanza de que Rusia y Arabia Saudita puedan convencer a sus respectivos aliados de sentarse a negociar.
El presidente ruso Vladimir Putin, argumentan, no quiere ver las fuerzas rusas que envió a Siria empantanadas en un conflicto indefinido.
Los grupos de la oposición siria, reunidos en Riad, eligieron el jueves a Riad Hijab, que era primer ministro antes de desertar, como su coordinador general.
Mientras tanto, en otros países, las preocupaciones se relacionan más con la amenaza de posibles ataques de EI y las oleadas de refugiados que sigue dejando el conflicto sirio.