Brasil renueva alcaldes y mide el clima para las presidenciales de 2022
Casi 148 millones de brasileños están convocados a las urnas este domingo para renovar a los alcaldes y concejales de 5,569 ciudades, en unos comicios que pueden ser un termómetro político de cara a las presidenciales de 2022.
Las municipales serán las primeras elecciones que se celebren en Brasil desde las presidenciales de 2018, en las que por primera vez en la historia del país llegó al poder la ultraderecha, encarnada hoy por el mandatario Jair Bolsonaro.
No obstante, ese movimiento con claro perfil personalista acusa el desgaste de los últimos dos años y las encuestas vaticinan una sonora derrota de los candidatos alineados con el "bolsonarismo".
Eso, pese a que Bolsonaro se volcó de lleno a la campaña a través de sus redes sociales durante la última semana, lo que le ha costado denuncias por propaganda ilegal, pues se valió de transmisiones hechas desde la residencia oficial de la Presidencia, lo cual está vetado por la ley.
Aún así, todos los sondeos auguran victorias de partidos de centro y centroderecha en las principales ciudades del país, como Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte, lo que sería un duro golpe para los ultraconservadores y también para una izquierda alicaída y dividida desde 2018.
A las urnas con una pandemia que amenaza con la segunda ola
Las municipales deberían haberse celebrado en octubre, pero las autoridades electorales las postergaron por la pandemia de la covid-19, que irrumpió en Brasil en febrero y ya deja 164.000 muertos y 5,8 millones de contagios.
Si bien ahora la incidencia se ha reducido, los datos diarios de fallecidos y nuevos casos continúan elevados y hay quien advierte de que Brasil ya puede comenzar a enfrentar una segunda ola, cuando aún no ha superado la primera.
En las últimas semanas ha subido el número de hospitalizaciones en ciudades como Sao Paulo y Río de Janeiro, las más pobladas del país, y aumentado el uso de camas con respiradores en algunas zonas del norte y el noreste.
Los votantes y los miembros de las mesas deberán respetar este domingo todos los protocolos de seguridad y la Justicia advirtió que no permitirá sufragar a quienes no usen máscaras o incumplan las normas sanitarias.
Más allá de la preocupación por la pandemia, en algunas regiones inquietan ciertos episodios de violencia ocurridos en los últimos días, cuando una decena de candidatos han salido ilesos de atentados atribuidos a mafias y registrados sobre todo en Río y Sao Paulo.
Este viernes, José Cláudio Castro, candidato a concejal en la ciudad de Correntina, interior del estado de Bahía, fue asesinado con ocho balazos, en un hecho que la Policía aún no ha establecido si tenía relación con las elecciones.
En el estado de Amapá (norte), las autoridades están pendientes de posibles protestas por un prolongado apagón, que en algunas zonas ha impuesto un racionamiento de energía y obligado a suspender las elecciones en Macapá, la capital regional.
Los números monumentales de una elección a la brasileña
Como todo proceso electoral en un país que tiene 210 millones de habitantes y en el que el voto es obligatorio, las municipales de 2020 presentan números monumentales, a tono con las dimensiones de Brasil.
Serán 147,9 millones de electores distribuidos en 5.569 ciudades, que elegirán a igual número de alcaldes y a unos 70.000 concejales.
De acuerdo a las autoridades electorales, para estos comicios se han inscrito casi 600.000 candidatos, de los que 19.008 disputarán el cargo de alcalde.
Los candidatos representan a 33 partidos políticos registrados en la justicia electoral, de los cuales apenas tres no tienen escaños en el Congreso nacional.
El voto es totalmente automatizado y se ejerce con unas urnas electrónicas que comenzaron a usarse gradualmente en 1996, desde hace más de una década funcionan en todos los municipios y permiten que en cuestión de horas haya resultados consolidados.
Este sábado, las autoridades terminaron de instalar las poco más 500.000 urnas electrónicas que serán utilizadas el domingo, incluso en remotos rincones de la Amazonía, a los que en muchos casos son trasladadas en barcos con custodia de las Fuerzas Armadas, que en la jornada electoral movilizarán a unos 30.000 efectivos.
Bolsonaro ha puesto en duda la eficacia del sistema electrónico y propuesto volver al antiguo sistema de voto con células de papel, pero la Justicia electoral y el propio Parlamento se oponen.
El presidente del Tribunal Superior Electoral, Luis Barroso, dijo esta semana que, incluso, se planea avanzar en la automatización del voto y se estudia un método que, en el futuro, permita ejercerlo mediante un teléfono móvil.
Según Barroso, desde 1996 el sistema se ha mostrado "seguro" e "inviolable" y en las más dos décadas en que ha sido usado no ha habido "una denuncia de fraude" en los escrutinios.