Un sindicalista desafía a Macri en Argentina

Hugo Moyano, líder sindical de los camioneros en Argentina. / AFP
Afp
25 2018 - 08:29

Hugo Moyano, polémico líder sindical de los camioneros en Argentina, dio esta semana una demostración de fuerza con más de 100,000 personas movilizadas en Buenos Aires contra las políticas de ajuste del gobierno de Mauricio Macri, urgido de mostrar mejoras económicas y con su imagen en caída.

El veterano sindicalista, de 74 años, se ha convertido en un adversario político para el presidente a quien endilga dejar recaer todo el peso del ajuste económico en las espaldas de los trabajadores.

El gobierno lo acusa de motorizar la oposición para contrarrestar la acción de la justicia, donde avanzan varias investigaciones en su contra por presunto enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.

Como líder de los camioneros, Moyano controla un sindicato capaz de paralizar el transporte de carga del país. Lo conduce uno de sus siete hijos, Pablo, otro es diputado nacional y un tercero abogado laboralista.

Es el líder sindical más poderoso de Argentina y tiene influencia en el mundo sindical, aunque no cuente con el apoyo de otros grandes sindicatos dentro de la principal central obrera CGT que condujo por doce años hasta 2005.

Logró amasar el poder sindical de Camioneros a fuerza de debilitar a otros sindicatos absorbiendo sus afiliados, lo que le valió varios enemigos.

La multitudinaria manifestación del miércoles último fue una demostración de su poder, pero también la expresión de un malestar hacia el gobierno.

El cepo al aumento de salarios y el recorte de jubilaciones han provocado una caída en la imagen presidencial, que sin embargo se mantiene en 40%, según sondeos.

Fútbol y política

Como Macri en Boca Juniors, Moyano también ha tejido parte de su poder en el fútbol. Es presidente del Club Atlético Independiente desde julio de 2014 y fue reelecto en diciembre de 2017. Su yerno, Claudio Tapia es el actual presidente de la Asociación del Fútbol Argentino.

Una de las causas por la que es investigado es por presunto lavado de dinero en Independiente, causa donde también está involucrado su hijo mayor y vicepresidente del club.

Moyano ha proclamado su inocencia y acusa al gobierno de estar detrás de las investigaciones para acallarlo. No es el único sindicalista investigado.

Mauricio Macri, urgido de mostrar mejoras económicas y con su imagen en caída. / EFE

"No tengo miedo de ir preso. No estoy implicado en ninguna denuncia de corrupción por ahora. Estuve tres veces en 'cana' (cárcel), dos en la dictadura cuando muchos de estos señores del gobierno estaban debajo de la cama", dijo Moyano, cuya familia tiene varias empresas de servicios.

En tanto, le pega al gobierno en su flanco más débil: el económico. Le reclama a Macri frenar las medidas neoliberales frente a una sociedad agobiada por la impericia gubernamental para bajar la inflación.

En 2017 el costo de vida aumentó 24,8%, en enero 1,8% y analistas lo proyectan en 6% para el primer trimestre.

"No somos antidemocráticos ni desestabilizadores, venimos a decir que no sigan aplicando políticas que hambrean a la gente hoy e hipotecan el futuro", reclamó Moyano apoyado por organizaciones sociales de pobres y desocupados, la izquierda y el kirchnerismo.

La advertencia llega cuando los sindicatos se aprestan a negociar con las empresas la recomposición salarial anual que el gobierno quiere alinear con su meta de inflación de 15% para 2018.

También a poco del inicio de las sesiones legislativas en marzo, cuando el gobierno impulsará una reforma laboral que los sindicatos creen limitará su representación y afectará derechos laborales.

Versátil político

Militante peronista, Moyano había apoyado a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2015) con los que sin embargo terminó enfrentado.

Pese a que ahora sea un crítico feroz, el poder sindical de Moyano sirvió para apoyar la candidatura de Macri a la presidencia en 2015.

"No dan solución a nadie, es todo verso" (mentira), dijo para explicar por qué le quitó su respaldo el año pasado.

Pragmático, tras la manifestación dejó la puerta abierta al diálogo: "Si el gobierno cree que tiene que hablar, lógicamente, no me puedo negar", dijo.

"Cada uno es artífice de su propio destino, como decía 'el general' (expresidente Juan Perón): Seamos instrumentos de nuestros destinos y no de la ambición de nadie", expresó.

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