La oposición ecuatoriana retoma las protestas contra Correa tras la visita del Papa
La oposición en Ecuador retomó este jueves en Quito las protestas contra el presidente Rafael Correa, tras la tregua política que rigió en el país durante la visita del papa Francisco, del 5 al 8 de julio.
Decenas de manifestantes, que exigen la salida de Correa del poder y rechazan sus políticas de corte socialista, se congregaron en la noche frente a la sede del partido de gobierno, en el norte de Quito.
Los presentes, provistos con banderas negras y con la bandera de Ecuador, protestaron contra el gobierno. "Agradecemos que el papa nos haya venido a ver, pero nosotros tenemos una realidad que no podemos olvidar y vamos a seguir luchando para que esa realidad sea evidenciada ante el mundo entero", dijo a la AFP el legislador Andrés Páez, promotor de las protestas.
El diputado dio a entender que la oposición proseguirá con las movilizaciones. "Este es un país en pie de lucha contra el correísmo", sostuvo.
Desde hace un mes sectores contrarios al gobierno salen con frecuencia a las calles para protestar contra el presidente Correa, en el poder desde 2007.
Las manifestaciones, que reúnen a políticos, empresarios y sectores de clase alta y media, estallaron en rechazo a los proyectos de Correa para aumentar los impuestos a las herencias y a la plusvalía, pero devinieron en una critica generalizada al mandatario, a quien sus adversarios tildan de prepotente y autoritario.
El oficialismo también se ha movilizado para contrarrestar lo que Correa ha denunciado como una intentona golpista.
Durante su paso por Ecuador, primera escala de una gira que también incluye Bolivia y Paraguay, el papa Francisco realizó varios llamados a la unión, al diálogo y al fin de las diferencias.
Por su lado, Correa suspendió en pasados días el trámite legislativo de las iniciativas que rechaza la oposición, y convocó a un debate nacional sobre la redistribución de la riqueza a través de impuestos a los más acaudalados.
El presidente, que reivindica haber sacado de la pobreza a 1,3 millones de ecuatorianos, asegura que solo un 2% de la población tendría que pagar los nuevos tributos. Sin embargo, sus adversarios aseguran que el gobierno quiere castigar el patrimonio familiar y el éxito económico, y convertir a Ecuador en una nueva Venezuela, en alusión a las dificultades económicas que enfrenta este último país.