Presidente de Brasil considera "desagradable" delación que lo involucra en Lava Jato
El presidente de Brasil, Michel Temer, insistió este sábado en que no participó de la negociación de sobornos en el esquema de corrupción en Petrobras y que sus ministros investigados no dimitirán hasta que no haya cargos formales contra ellos.
Marcio Faria, uno de los exejecutivos de Odebrecht que aceptó colaborar con la justicia a cambio de una reducción de su condena, afirmó que el mandatario participó en 2010 junto a otros políticos del partido PMDB para confirmar un pago de 40 millones de dólares a la formación, un soborno que aseguraría a Odebrecht la adjudicación de un contrato con la estatal Petrobras.
Oír esa declaración "es una cosa desagradable para quien está en la vida pública hace tanto tiempo, gracias a Dios, sin manchas", afirmó el presidente en una entrevista con la TV Band transmitida el sábado por la noche.
"Es muy desagradable escuchar ese testimonio. Es constrictivo", añadió.
Temer reiteró que sí participó de la reunión, pero que en ella no trató asuntos de dinero o ningún valor. "No se habló de contratos, evidentemente, y de ningún tema ilícito".
Apodada "la delación del fin del mundo", la confesión masiva de 77 ejecutivos y exejecutivos de Odebrecht -que jugó un papel central en los desvíos en Petrobras- abonó una nueva ola de investigaciones contra ocho ministros del gabinete de Temer, un tercio del Senado y unos 40 diputados.
En la entrevista con TV Band, Temer dijo que mantiene su criterio anunciado hace varios meses, cuando la prensa local comenzó a filtrar nombres de ministros que estarían bajo la mira de los investigadores: no alterará su gabinete hasta que la fiscalía no presente cargos y sus ministros sólo dejarán el puesto definitivamente cuando la corte suprema acepte esas denuncias y los acusados efectivamente enfrenten procesos judiciales.
Las delaciones de Odebrecht, cuyos videos y documentos se hicieron públicos la semana pasada cuando la corte suprema levantó el secreto de sumario, expuso al detalle cómo funcionaba ese engranaje, que contó con la participación de políticos de todo el espectro ideológico y también se extendió fuera de Brasil.
De acuerdo con uno de los delatores, el departamento de Odebrecht creado específicamente para gestionar el pago de sobornos movió más de 3.000 millones de dólares entre 2006 y 2013.