Corrupción sistémica en Panamá ha vuelto a relucir frente ataques de EEUU, afirma Libertad Ciudadana
Obaldía resaltó que la corrupción sistémica no solo afecta la gobernanza interna, sino que también tiene repercusiones a nivel internacional.
Ciudad de Panamá/ La reciente visita del Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, a Panamá ha desatado una serie de reacciones y revelaciones sobre la situación del país en términos de transparencia y lucha contra la corrupción.
En una entrevista con Olga de Obaldía, representante de la Fundación Libertad Ciudadana capítulo de Panamá, se abordaron temas cruciales sobre la corrupción y las implicaciones que esta tiene para Panamá, tanto a nivel nacional como internacional.
Y es que la corrupción en Panamá no solo es un problema de gestión pública, sino que también está profundamente relacionada con la percepción y el sentimiento de la ciudadanía.
Según estudios, más del 70% de los panameños cree que los beneficios del canal de Panamá no se traducen en mejoras tangibles para la población, lo que refleja un sentimiento de desconexión y desconfianza en las instituciones.
De Obaldía aseveró que, en este instante, con la agresión latente de los Estados Unidos, el tema de la corrupción vuelve y toma el lugar central en el país.
Una de las primeras preocupaciones planteadas por de Obaldía fue la baja histórica de Panamá en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, que mide la corrupción en el sector público.
Según Obaldía, el país ha experimentado una caída notable en su puntaje, alcanzando solo 35 sobre 100 en el último informe, lo que refleja el deterioro de las condiciones en los últimos años. Este descenso, vinculado a la administración anterior, revela una falta de eficacia en la lucha contra la corrupción y subraya la necesidad urgente de una reforma estructural.
“Lógicamente estamos a la defensiva, porque estamos bajo un ataque y siempre que se acciona en defensiva se hace desde una posición debilitada, pero la realidad es que tenemos un problema de corrupción sistémica en el país”.
El índice de corrupción mide diversos factores, incluyendo los sobornos, el desvío de fondos públicos y el nepotismo, todos ellos presentes en las prácticas que se han venido normalizando en Panamá.
La crítica central de Obaldía es que la corrupción no solo es visible, sino que se ha infiltrado en las estructuras del gobierno, lo que impide que el país progrese de manera equitativa y transparente.
Licitación de los puertos y la transparencia
Uno de los puntos más polémicos de la entrevista fue la discusión sobre la adjudicación de las concesiones portuarias, un tema que ha provocado críticas tanto a nivel nacional como internacional.
Aunque la licitación en su momento fue presentada como transparente, Obaldía señaló que las decisiones posteriores, como la renovación automática del contrato por 25 años, fueron tomadas sin la debida fiscalización y sin considerar adecuadamente los mejores intereses de Panamá.
Además, el gobierno estadounidense, encabezado por Donald Trump, ha cuestionado el manejo de los puertos, sugiriendo posibles vínculos con la corrupción y la falta de transparencia en las concesiones.
Si bien las acusaciones de corrupción por parte de Estados Unidos no han sido totalmente probadas, la falta de mecanismos efectivos para garantizar que los contratos beneficien a Panamá ha dejado una marca en la opinión pública.
Impacto de la corrupción en la imagen internacional de Panamá
Obaldía resaltó que la corrupción sistémica no solo afecta la gobernanza interna, sino que también tiene repercusiones a nivel internacional.
La falta de transparencia y el ambiente de impunidad desincentivan a inversores extranjeros, que se ven desbordados por los riesgos legales y la alta percepción de corrupción en el país.
En este sentido, la situación actual podría afectar negativamente la capacidad de Panamá para atraer inversiones internacionales, especialmente en un contexto donde países como Estados Unidos y la Unión Europea aplican estrictas leyes anticorrupción que pueden poner en peligro el estatus de Panamá como un destino atractivo para los negocios.
¿Una oportunidad para la reforma?
Ante las tensiones crecientes y las críticas internacionales, el gobierno de Panamá ha señalado que se realizarán auditorías por parte de la Contraloría General sobre las concesiones portuarias.
Sin embargo, la pregunta clave es quién permitió las condiciones que han llevado al país a esta situación, y qué se hará para corregir los errores del pasado. Para Obaldía, el hecho de que las auditorías se estén realizando bajo un marco legal más estricto es un avance, pero aún queda por resolver cómo evitar que se repitan estas prácticas y cómo garantizar la justicia en los casos de corrupción.
El dilema interno, entre la necesidad de responder a las demandas de Estados Unidos y proteger la soberanía nacional, es otro desafío que enfrenta el país. Las voces internas han expresado que esta situación también podría ser utilizada como una forma de presión geopolítica, con el objetivo de reducir la influencia de China en la región, una batalla que podría resultar en una transferencia de poder en la gestión de los puertos, a favor de actores más cercanos a los intereses de Estados Unidos.