Exdiputados cobran miles de dólares en diversos puestos dentro de la Asamblea

A pesar de que no lograron la reelección, hay varios exdiputados que se niegan abandonar el Palacio Justo Arosemena. Los cuestionamientos por supuestas irregularidades no han sido obstáculos para lograr un nombramiento y seguir viviendo del gobierno.

En la planilla de la Asamblea Nacional aparecen los exdiputados Luis Barría, con un salario de $3,500; Miguel Salas, $3,000; Mariela Vega, $3,500; y Denis Arce, $3,500. También el exsecretario general, Franz Weber, con $2,000.

“Es una mancuerna política. Es favoritismo político. Son personas muy cuestionadas”, señaló Gabriel Tribaldos, abogado y miembro de Movin.

A este selecto grupo se le une Quibián Panay, excandidato a alcalde; y Dana Castañeda.

Son expadres de la Patria que no lograron la reelección, pero siguen en una oficina, o por lo menos en los pasillos del palacio Justo Arosemena. Hay quienes dudan que estén cumpliendo un horario.

“Es altamente probable que estemos hablando de botellas. Los nombres que yo leí, con seguridad tienen otros ingresos”, señaló Edwin Cabrera, exsecretario de la Asamblea.

Se trata de una especie política sin peligro de extinguirse. Casi como el gato, siempre caen parados.

No solo resurgen en la Asamblea. La actual administración ha nombrado una gobernadora y hasta un viceministro.

“Pareciera que estos diputados no son capaces de integrarse a la sociedad y tener su propia forma de subsistencia, sino que tienen que vivir del Estado”, lamentó el abogado, Roberto Troncoso.

No solo se han nombrado exdiputados en la planilla de la Asamblea Nacional, también se incluyen hijos y sobrinos, como es el caso de los diputados Benicio Robinson, Marylín Vallarino y Edwin Zúñiga.