Héroe de los bomberos: El incendio de Calidonia que marcó la vida del mayor Deiqui Arrocha
Hoy, Deiqui Arrocha ostenta el rango de mayor dentro del Cuerpo de Bomberos, pero las secuelas físicas y emocionales de aquella noche siguen presentes.
Ciudad de Panamá/Una situación crítica que puso a prueba el coraje y la entrega de los miembros del Cuerpo de Bomberos de Panamá se vivió en el año 2004, cuando un incendio de grandes proporciones se registró en el sector de Calidonia, específicamente en la calle 25, en el primer piso de un apartamento.
El aviso llegó de forma urgente. Una persona se acercó directamente a la estación Ricardo Arango, donde prestaba servicio el bombero Deiqui Arrocha, quien contaba con apenas cuatro años en la institución. La reacción fue inmediata. “Una persona se acercó a la estación y nos informa que había un apartamento incendiado. De aquí allá fue tan rápido que el uniforme, no hubo tiempo de ponérselo bien”, relató Arrocha.
Cuando los bomberos llegaron al sitio, las llamas ya consumían gran parte de la estructura. Sin dudarlo, el equipo inició el procedimiento con mangueras y demás herramientas de combate. Dentro del apartamento, aún se encontraba la dueña de la vivienda. Arrocha y un compañero lograron rescatarla con vida, pero el peligro no había terminado.
En medio de las labores de extinción, Deiqui Arrocha permaneció en el interior del apartamento para continuar enfrentando el fuego. Fue entonces cuando se produjo una explosión. El impacto lo dejó gravemente lesionado, marcando su vida para siempre.
“Yo me quedé dentro del apartamento para hacer la extinción y en ese mismo instante, tuvo la explosión”, recordó el mayor Arrocha.
Arrocha permaneció hospitalizado durante 24 días, con quemaduras de segundo y tercer grado. Tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en seis ocasiones y se le realizaron varios injertos de piel para salvarle la vida y recuperar parte de su movilidad.
Hoy, Deiqui Arrocha ostenta el rango de mayor dentro del Cuerpo de Bomberos, pero las secuelas físicas y emocionales de aquella noche siguen presentes. Su testimonio refleja el sacrificio silencioso de muchos hombres y mujeres que, al vestir el uniforme rojo, enfrentan peligros incalculables.
Cada salida para atender una emergencia representa una incertidumbre. No hay garantías de retorno. A lo largo de los años, varios bomberos han perdido la vida en cumplimiento del deber, mientras que otros, como el mayor Arrocha, viven con las consecuencias de su entrega total al servicio de la comunidad.
Con información de Luis Velarde