'Un hueco a la vez': la historia de Max, el joven que repara las calles de Panamá con sus propias manos

Hasta el momento, ninguna autoridad se ha acercado a ofrecerle apoyo, aunque su mensaje también va dirigido a ellas: más presencia, más inspecciones y más acción frente al evidente deterioro de las calles.

Ciudad de Panamá/Mientras muchos se quejan de los huecos en las calles, Max de León, un joven panameño de 22 años, decidió dejar de lado la queja y pasar a la acción. Armado con palas, escobas y sacos de asfalto, recorre distintas zonas de la ciudad capital tapando huecos por su cuenta, documentando cada reparación en sus redes sociales bajo el lema: “Vamos a arreglar Panamá, un hueco a la vez.”

Todo comenzó como una broma entre amigos durante un viaje a la playa, cuando Max cayó en un bache y prometió que lo repararía. Lo que inició como un gesto jocoso se transformó en un acto de civismo que ya suma más de 25 huecos reparados desde enero, con jornadas que realiza casi todos los domingos.

“Las personas comenzaron a apoyarme: algunos compran el asfalto, otros me ofrecen comida o bebidas. Y muchos incluso se suman a ayudar”, cuenta Max, quien es estudiante de Administración de Empresas en la Universidad de Panamá.

Su historia ha comenzado a viralizarse en plataformas como TikTok e Instagram, donde muestra de forma didáctica y entretenida cómo realiza las reparaciones. Con frases como “Esto se va a arreglar así de rápido” y “Nos vemos en el próximo hueco”, se ha ganado el cariño y el respeto de cientos de personas que lo siguen y apoyan.

Un llamado a la acción

Aunque lo hace sin esperar nada a cambio, Max reconoce que su mayor motivación es aportar a su país y demostrar que los ciudadanos también pueden ser parte de la solución.

“El Estado no puede estar en todos lados. No podemos quedarnos de brazos cruzados. Si todos aportamos desde donde podamos, Panamá será un mejor país.”

Hasta el momento, ninguna autoridad se ha acercado a ofrecerle apoyo, aunque su mensaje también va dirigido a ellas: más presencia, más inspecciones y más acción frente al evidente deterioro de las calles.

La mayoría de los que manejamos en la ciudad caemos en huecos todo el tiempo. Esto no tiene mucha ciencia: con voluntad, herramientas y algo de organización se puede hacer mucho.”

¿Qué sigue para Max?

Su visión va más allá de tapar huecos. Le gustaría formar un equipo con mayor capacidad, capaz de abordar también lotes baldíos, aceras deterioradas y otras necesidades urbanas. Su ejemplo ha empezado a inspirar a otros jóvenes y comunidades a involucrarse en la mejora de sus propios entornos.

Max de León es, quizás, el héroe cotidiano que nadie pidió, pero que todos necesitamos. Con cada bache que repara, deja claro que el compromiso ciudadano también puede llenar los vacíos del Estado.

Información de Fabio Caballero

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