Menores de la comarca Ngäbe Buglé necesitan medicamentos y doctores

Familias en la comarca enfrentan pesadilla al vivir en medio de la pobreza
Kelyneth Pérez
24 de junio 2019 - 21:28

Son muchos los peligros que enfrentan los menores en la comarca. Hasta salir a lavar la ropa puede representar un riesgo.

El río más cercano se convierte en el lugar perfecto para dormir mientras que su madre se encarga de lavar.

Pero en la cordillera, donde solo hay montañas y árboles, todo se complica. Un simple resfriado puede ser fatal. Acudir a un centro de salud representa horas de camino.

“A veces venimos pacientes de lejos. Imagínense 5 horas de camino bajo la lluvia. Son personas que a veces necesitan esa ayuda de emergencia, y no se da”, contó Edinaldo Jiménez.

En el puesto de salud, Sitio Prado en la Comarca Ngäbe Buglé, encontramos un lugar abandonado. El techo está lleno de murciélagos y los pocos medicamentos que hay son para el resfriado. Si tienen suerte encuentran algo para el dolor en medio de las cajetas que están en una esquina del puesto de salud.

“Como puede ver no hay nada. Estamos abandonados en todo, no hay medicamentos básicos que se necesitan”, señaló Abigail Arena.

Una madre esperaba ansiosa poder vacunar a su hija. Pero no había nadie que pudiera hacerlo.

“Necesitamos doctores porque hay gente que viene de muy lejos y llegan por gusto. Necesitamos doctores para que nos atiendan a todos los que venimos”, reclamó Diana Pascasio.

Chichica es otro puesto de salud en la comarca que lleva casi un año cerrado, supuestamente por remodelación.

Las puertas aún no han sido colocadas y no hay nadie que comunique a quienes bajan de la montaña por una urgencia. Apenas se habilitó una pequeña casa a unos metros del lugar para atender las enfermedades básicas de los niños.

Muchos salen de la comarca y reciben insultos porque no acuden a los centros de salud que les corresponde.

“Mi hija estaba grave y me dijeron que no podían hacer nada, que no tenían medicamentos. Entonces la llevé a David y me dijeron qué porque no la atendía en la comarca”, relató Beta De Casio.

Durante el recorrido llegamos a Llano Ñopo, donde supuestamente está el centro de salud más completo.

Si un paciente viene inconsciente de la cordillera, es necesario que pase por un puente colgante en camilla o hamaca para que una ambulancia pueda recogerlo y llevarlo a un centro hospitalario.

En la entrada del centro encontramos a una madre cargando a su hijo en sus piernas. Ella esperaba que la venoclisis que suministraba el medicamento a su hijo terminara. No hay cuartos especiales para este procedimiento, solo una vieja silla.

“Ahorita mi bebé está con fiebre y diarrea. No hay sala dónde le puedan poner la venoclisis”, contó Raquel Jiménez.

Las instalaciones evidencian años de descuido. La principal queja de los residentes de la comarca es la falta de medicamentos para los niños.

La ausencia de medicinas y de doctores en los centros y puestos de salud de la comarca ha traído consecuencias fatales para quienes caminan horas en busca de una esperanza de vida.

Muy cerca hay letreros que anuncian la construcción de un palacio municipal que supera los 100 mil dólares.

“Si puede haber una posibilidad que se nombren dos médicos fijos para atender. Hay personas que viajan horas por la cordillera y al llegar aquí no se les atiende porque hay mucha gente por delante de ellos”, recomendó Lenin Javilla.

Lamentablemente los menores de edad sufren las consecuencias de un sistema que parece ignorar sus necesidades.

Las condiciones en las que viven son precarias. Viven de lo que la tierra que siembran les da. Las mujeres se ven obligadas a cargar leña diariamente para cocinar y tener algo que poner en la mesa y seguir adelante.

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