Nuevo presidente del CNP advirtió sobre la necesidad de ejercer el periodismo en libertad

En su toma de posesión, el nuevo presidente del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), Guillermo Antonio Adames, se refirió al papel fiscalizador que ha jugado el periodismo durante la pandemia.

Adames resaltó que, “en esta tragedia sanitaria y económica que nos sacude a todos, la corrupción es la queja mas transversal que gravita sobre los panameños de todas las capas sociales, porque está lesionando el frágil tejido social”.

Señaló que la corrupción se ha convertido en otra peligrosa pandemia, producto de las conductas antiéticas de algunos políticos, provocando una riada de críticas y desconfianza en las élites partidistas tradicionales.

Se refirió a los escándalos que se destapan y que lastiman nuestros magros recursos económicos, en abierto desafío a la psiquiatría política.

"Hay pruebas de la dilapidación y corrupción donde el dolo está muy claro, que han sido denunciados decididamente por los medios de comunicación desde las administraciones pasadas, hasta la presente”, manifestó.

Adames sostuvo que el periodismo ha denunciado con inusitada lucidez, por décadas, que los corruptos e incompetentes que se han incrustado en los gobiernos en altos cargos, deben ser investigados y sancionados con inhabilitación.

“La mayoría de los escándalos ocurridos en este país se han conocido gracias a los medios de comunicación. Eso irrita al poder, porque en el periodismo no deben existir mentiras piadosas, ni verdades a medias”, indicó.

De acuerdo con Adames, la libertad de expresión y de los periodistas para realizar su misión, es una de las máximas garantías de un sistema democrático. "Ejercerlo sin collar, bozal ni ataduras es una obligación, pero también un desafío".

El reto de esta administración es no interferir en el libre ejercicio del periodismo ni la independencia de los medios. Sin embargo, podemos entrar a una zona inédita y peligrosa con la amenaza e intimidación a los periodistas.

También se refirió al caso de intimidación a la periodista Flor Mizrachi, que ha sonado las alarmas, pues marca un precedente desafortunado y peligroso que fija un parteaguas, en un estéril intento de acallar a los medios.

"Considero oportuno hacerme eco de la advertencia de la Sociedad Interamericana de Prensa, que, en su última Asamblea General, con respecto a Panamá", dijo.

Señaló que "ha observado en los últimos meses un incremento de acciones policiales en la represión de las protestas ciudadanas que impiden la libre y pacífica cobertura periodística”.

"Los periodistas estamos para dar a conocer a los ciudadanos lo que acontece y la Policía Nacional debe facilitar y nunca entorpecer esa labor. Es importante tomar nota de esto para que no se repitan estos hechos", insistió.

Propuso la implementación de un mecanismo de protección robusto que establezca protocolos eficientes y seguros para prevenir y proteger a los colegas, en caso de situaciones en que sus vidas estén en riesgo.

Finalizó diciendo que, “asaltar al erario nos afecta a todos, y el desarrollo del país. Es robarles a todos los panameños la posibilidad de recibir mejor educación, tener una salud satisfactoria, viviendas dignas y acceso a mejores servicios públicos”.

Para Adames, ejercer la libertad de información antes que un derecho, es un deber. Y en ese terreno, los medios panameños hemos visto más tormentas y ganado más batallas.

Mientras que, la presidenta saliente Sabrina Bacal, dijo que "la pandemia fue el catalizador para que las grandes desigualdades y anomalías de nuestros sistemas salieran a flote, al tiempo que polarizó aún más a sociedades fracturadas por las narrativas extremas que ha traído consigo la masificación de la posverdad en la compleja era digital".

"Durante mi paso por la presidencia del CNP, muchas cosas cambiaron en Panamá, pero no así, los intentos por limitar el campo de acción del periodismo libre: Ese que busca divulgar la verdad como principal vía para que los ciudadanos tomen decisiones informadas y para que la rendición de cuentas se convierta en la norma y no continúe siendo la excepción en nuestro país", indicó Bacal.

Coincidió con Adames en que la voluntad de acallar la voz del periodismo continúa e incluso se intensifica. Señalando que el acoso judicial, nuevos límites para acceder a la información pública, utilización de la pauta estatal como instrumento de presión, secuestro de bienes de empresas mediáticas, publicación de avisos pagados por el Estado para desmentir publicaciones de medios de comunicación, ataques concertados para desacreditar periodistas en redes sociales, amenazas directas o veladas contra la integridad sexual y la vida de los comunicadores.

Bacal envió un mensaje al presidente Laurentino Cortizo: "todo esto ha ocurrido durante su mandato y en muchas ocasiones parece orquestado por funcionarios de su entorno, que malgastan los recursos de los contribuyentes, para desafiar el compromiso que usted personalmente ha manifestado con la defensa de la libertad de expresión. No permita que algunos sigan pisoteando su palabra y su legado".

Y al procurador Javier Caraballo: "Se hace urgente crear un ambiente propicio para el ejercicio seguro del periodismo en Panamá. Los últimos acontecimientos evidencian, una vez más, el enorme servicio que presta el periodismo independiente en la construcción de un verdadero Estado de derecho, en el que nadie está por encima de la ley".