'Panamá vive una profunda crisis de valores', advierte Guillermo Márquez Amado

Ciudad de Panamá/Panamá atraviesa una de las crisis sociales y políticas más intensas de los últimos años, tras más de un mes de protestas, paralización de clases y enfrentamientos en diferentes provincias, incluyendo la situación crítica en Bocas del Toro. En este contexto, el exmagistrado del Tribunal Electoral, Guillermo Márquez Amado, compartió una reflexión contundente sobre la situación actual del país.

“Estoy muy triste, muy acongojado, porque aquí parece que estuvieran campeando los siete pecados capitales”, declaró Márquez Amado, quien también afirmó seguir de cerca la situación nacional a pesar de haber pasado tiempo fuera del país por motivos de salud.

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Para el exmagistrado, la soberbia, la avaricia, la ira, la pereza, la codicia y la envidia se han apoderado del alma colectiva, impidiendo que la ciudadanía se una en torno al bien común. “Cada ciudadano debe estar dispuesto a reflexionar y superar los defectos que ve en sí mismo, para que, con la voluntad de todos, podamos reencontrarnos en un punto común que oriente al país hacia donde debe estar”, enfatizó.

Un país con riqueza, pero sin rumbo claro

Márquez Amado recalcó el potencial que tiene Panamá: “Es una belleza de nación con inmensos recursos: tiene cobre, el Canal, un centro logístico formidable, atractivos turísticos, banano, camarón, piña... y sin embargo pareciera que estuviéramos interesados en asfixiarnos unos a otros. Así no se puede construir una nación”.

Desde su experiencia, insiste en que es fundamental recuperar los valores democráticos y constitucionales, así como fomentar el diálogo auténtico. “Tenemos que hablar con la verdad, con sinceridad y en función del bien común. Pero el egoísmo y la codicia se han apoderado de las voluntades”.

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Consejo de ancianos y liderazgo moral

Frente al escepticismo sobre las mesas de diálogo tradicionales, Márquez Amado propone una idea innovadora: constituir un "consejo de ancianos", inspirado en las prácticas de las comunidades originarias. Este grupo tendría como fin ofrecer orientación moral y ética a la nación, sin carácter vinculante, pero con autoridad moral. “Ya sin aspiraciones económicas o de poder, podrían aconsejar al país desde la sabiduría, para ayudarnos a salir de esta división tan peligrosa”, explicó.

También señaló que el presidente y la Asamblea Nacional aún podrían tener un papel, si actúan con responsabilidad: “Lamentablemente en la Asamblea parece predominar un cáncer que está devorando al propio organismo”, alertó.

Un llamado al pueblo panameño

Ante la pregunta sobre qué puede hacer el gobierno en medio de esta crisis, Márquez Amado fue claro: “Todos los panameños que de verdad amamos Panamá tenemos que hacer un esfuerzo para reunir los valores positivos de la ciudadanía y salir de esta anarquía que nos está asfixiando”.

El exmagistrado advirtió que el problema ha trascendido lo ambiental o económico, y ahora toma un cariz nacionalista con riesgos graves: “Pareciera que una serpiente quiere engullir a toda la nación en un desorden generalizado donde nadie va a ganar”.

Concluyó su intervención con un mensaje de unidad: “Queremos a los trabajadores, empresarios, maestros, pueblos originarios, clase media… pero solo avanzaremos si hay una conjunción de voluntades de buena fe que quieran superar los problemas nacionales”.