Crisis en el PRD: Se deteriora el partido de Omar

Crisis en el PRD: Se deteriora el partido de Omar
Icard Reyes
30 de julio 2014 - 23:12

Fundado por el general Omar Torrijos Herrera, el 11 de octubre de 1979, 11 años después del golpe de estado gestado por los militares, el Partido Revolucionario Democrático (PRD) se autoproclamó como un partido de integración, pluralista y poli clasista que apoyó el proyecto político de Torrijos, con un discurso inicial de carácter nacionalista y populista.

“¿Qué pueblo del mundo soporta que contiguo a tu territorio exista un gobernador?… ¡Gobernador de qué!”, exclamó Torrijos en una multitudinaria concentración en aquellos días.

Sin embargo, desaparecido Torrijos, revertido el Canal y con las tropas estadounidenses fuera del Istmo, el Partido ha sufrido una serie de transformaciones, algunas influenciadas por situaciones externas, otras originadas desde su propio seno, que lo han dejado inmerso en una espiral de contradicciones y divisiones.

Las divisiones más visibles tuvieron como escenario la Asamblea. Esta disidencia en las filas del PRD, en aquel entonces en la oposición (1999), logró las ratificaciones de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, Alberto Cigarruista y Winston Spadafora, propuestos por la entonces mandataria Mireya Moscoso.

Desde ese momento, aseguran analistas políticos, se allana el camino al transfuguismo. “Traicionaron su postulado (…usaron…) al PRD para ser candidatos y obtener la curul”, expresó el fundador del colectivo Jorge Eduardo Ritter.

Con la llegada de Martín Torrijos al poder en el año 2004, mengua la disidencia, sin embargo la intriga, la traición, los intereses personales y el sectarismo cobró fuerza en las postrimerías de su administración. ¿La causa? El abanderado del PRD para la contienda de 2009. La dirigente del colectivo, Balbina Herrera, primero apoyó a Juan Carlos Navarro. “¡Aquí no se puede perder!”, exclamó aquel momento. Pero tiempo después dijo aceptar el reto para ser candidata presidencial.

Por más que el PRD hablara de unidad, los reproches, señalamientos e supuestas conspiraciones acrecentaban el divisionismo. Con este escenario, el colectivo de Omar Torrijos llega a la contienda electoral del 2014.

En dos contiendas seguidas, el PRD ha sufrido el descalabro en las urnas. En 2009, cuando su abanderada Balbina Herrera perdía ante Ricardo Martinelli, y en el 2014, cuando Juan Carlos Navarro cae ante Juan Carlos Varela, resultados que atizaron la crisis en el partido de Omar Torrijos a niveles nunca antes alcanzados.

Eloy Alfaro de Alba, miembro del PRD, señaló que el partido se ha entregado al clientelismo, que se ha convertido en un vehículo electoral para beneficiar intereses particulares. “La lucha por el control del partido tiene como objetivo intereses de determinadas personas, que quieren controlar el partido para aprovechar canonjías” como el subsidio electoral, agregó.

El exmiembro del partido Molirena, Jorge Rubén Rosas, dijo que la injerencia de Martinelli, que declaró que acabaría con el PRD, ha creado división y encontró eco en el colectivo.

Tras la caída del régimen militar, e instaurada la democracia, el PRD ha logrado llevar a dos presidentes al poder. Ernesto Pérez Balladares de 1994 a 1999 y Martín Torrijos de 2004 a 2009. Sin embargo, sus ideales, estructura, capacidad de movilización y membresía se han visto diezmados.

Franklin Montalván, miembro del Consejo Directivo del PRD, señaló que hay una pelea de poder político, por el control del partido. “Las bases sí saben lo que hacen, lo que quieren, defenderán el torrijismo, no somos oportunistas”, advirtió.

Para el sociólogo y politólogo de la Universidad de Panamá, Enoch Adames, la situación que atraviesa el PRD es el resultado de tres aspectos puntuales: el aspecto ideológico, el organizativo y la crisis electorera por los intereses de poder, “lo que saca al partido de su convicción torrijista, del debate interno, de la reflexión de lucha o propuestas”.

Lo que sucede en el PRD, está estrechamente ligado a la sociedad, y al futuro de la democracia. Pues, sin partidos que cumplan su papel institucional y ejerzan su rol de contrapeso en la vida política, esta crisis rebasará a sus estructuras internas y terminará afectando a toda la sociedad panameña.

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