Productores de café en Chiriquí aprenden nuevas técnicas

Chiriquí

Aprendieron formas correctas de fumigar las plantaciones, para evitar que se vean afectadas por plagas.

Productor de café / Foto/Archivo

Chiriquí/El proyecto impartido en el distrito de Tierras Altas tiene tres componentes: Desarrollo de un producto para la industria de protección de las cosechas; facilitar el acceso, beneficios compartidos y conservación de la biodiversidad, y seguimiento y evaluación con enfoque de género.

En el transcurso de las capacitaciones, el experto en agronomía, Carlos Araúz, orientó a los participantes sobre los métodos de prevención, detección y el seguimiento adecuado de las plagas y enfermedades de los cultivos; así como los tipos de control biológico que se pueden aplicar para contrarrestar estos males.

El doctor Luis Mejía, aseguró que la posibilidad de que también existan microorganismos en las áreas protegidas y zonas boscosas, tratan de identificar a través de este proyecto, que sirvan para contrarrestar el crecimiento de hongos patógenos que afectan los cafetales.

Añadió, “Queremos entender un poco de la biología de esos organismos en sus sistemas naturales, para luego llevarlos a aplicaciones biológicas en cuanto a protección de cosechas en los cafetales”

Mientras que el coordinador de Proyectos Ambientales del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, José De Gracia, aseguró que esta es “una iniciativa que permitirá controlar enfermedades; pero además fomentará el desarrollo sostenible de las comunidades y servirá para empoderar a las mujeres”.

“Estas instrucciones son de mucho provecho para lograr controlar el mosquito que nos está molestando el café” añadió, el caficultor Andrés Yangüez, propietario de la Finca 2 Hermanas, ubicada en la comunidad de Altamira en Renacimiento

Adicionalmente, la productora de café, Carmencita Tedman, destacó “la importancia del proyecto que busca identificar controladores biológicos para contrarrestar todas las plagas que se nos han venido en los últimos 20 años y que pudieran controlarse de manera ecológica”. La activista ambiental se mostró preocupada porque, “los agricultores tengan que utilizar productos químicos tan fuertes, contaminantes de las aguas y destructores de las abejas y de la microbiota para poder controlar las plagas que han aparecido por el calentamiento global y la deforestación que estamos sufriendo en las áreas protegidas, y que a lugares más bajos de Boquete nos han elevado la temperatura incluso a 30 grados centígrados”, puntualizó.

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