La Reina del Tamal mantiene viva la tradición navideña en la 24 de Diciembre

En su cocina se elaboran tamales de pollo y de cerdo, en distintos tamaños, adaptándose al gusto de cada cliente.

En la 24 de Diciembre, la Reina del Tamal cocina la Navidad para cientos de familias. / TVN

Panamá/En el sector de Nueva Esperanza, en la 24 de Diciembre, el aroma a hojas, masa y guiso anuncia que la Navidad está cerca. Allí, desde la madrugada, doña Reina, conocida cariñosamente como “la Reina del Tamal”, lidera junto a su familia la confección de uno de los platos más esperados de estas fiestas: el tamal panameño.

Para esta Nochebuena, la demanda no se hizo esperar. “Hoy contamos con un pedido de 225 tamales grandes y aproximadamente 89 pequeños. Aquí estamos trabajando para ver qué hacemos esta Navidad”, comentó doña Reina en conversación con TV Noticias, mientras supervisaba cada detalle del proceso.

La señora Reina es una de las encargadas de darle el sazón característico al tamal. / TVN

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En su cocina se elaboran tamales de pollo y de cerdo, en distintos tamaños, adaptándose al gusto de cada cliente.

Tenemos tamales de puerco, tamales de pollo; los hacemos grandes, pequeños, lo que nos pida el cliente, lo que llamamos el tamal para la mesa”, explicó.

Uno de los debates más tradicionales en estas fechas no quedó fuera de la conversación: ¿lleva o no lleva pasitas? Para doña Reina, la respuesta es clara.

El tamal generalmente lleva la pasita, pero a petición de los clientes, sobre todo cuando hay niños, no se la ponemos. Si no quieren el guisito, tampoco se lo ponemos, pero para mí el tamal navideño lleva su pasita; ese es el toque”, afirmó.

Para Navidad se suelen comeer tamales. / TVN

Y añadió con una sonrisa: “La pasita es la que le da ese toque agridulce”. Esta tradición no es nueva. Desde hace 18 años, doña Reina y su equipo han hecho de la preparación de tamales su principal empuje económico de fin de año, una labor que combina esfuerzo, dedicación y amor por la cocina típica. La jornada inicia muy temprano.

“Un día como hoy nos levantamos a las 2 o 3 de la madrugada para comenzar con la preparación y la cocción”, relató.

Cada tamal lleva además una marca especial para que los clientes puedan identificarlos fácilmente: colores distintos indican si es de pollo o de cerdo, y un hilo transparente advierte si el tamal es picante, un detalle que se ha convertido en su sello distintivo.

Así, entre ollas humeantes y manos expertas, la casa de la Reina del Tamal se convierte en un punto de encuentro donde la tradición navideña panameña se mantiene viva, recordando que detrás de cada tamal hay una historia de familia, trabajo y sabor.

Con información de Hellen Concepción.

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