Rosa María Britton: La justicia en Panamá no funciona

Rosa María Britton, escritora panameña.
Rosa María Britton, escritora panameña. / EFE
Efe
28 de enero 2018 - 13:07

La escritora panameña Rosa María Britton, que ha sido capaz de celebrar al extremo su 80 cumpleaños buceando, se confiesa desalentada de que en Panamá la justicia no ha llegado a nada con el escándalo de Odebrecht, a diferencia de otros países más pobres pero más certeros en el castigo a los corruptos.

"No es solo la corrupción lo que te atora (agobia), sino la falta de justicia". La justicia en Panamá no funciona", afirmó Britton (Panamá, 1936) en una entrevista a Efe, señalando que además de los jueces y magistrados, buena parte de la culpa la tienen los abogados.

Afirmó que "estamos ahogados en abogados" ya que son más de 26 mil que interponen "recursos y más recursos" frenando sonados casos que se siguen a corruptos, mientras que en el Órgano Judicial "hay jueces que no están capacitados" para impartir justicia.

Esto ocurre, indicó, porque "cuando llega el juicio (el acusado) dice cambié de abogado defensor que el que tenía no me gusta, o sea, para atrás para que el otro se empape, ese es un truco que hacen".

"Entonces la justicia aquí es cero, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) es una vergüenza. El presidente de esta máxima corporación de justicia, José Ayú Prado se pasa la vida metido en un avión. Qué descaro es eso, quién ha visto eso", agregó.

Todo esto la hace pensar que el "enredo" de los sobornos de Odebrecht en Panamá "ya murió", y que igualmente el nuevo escándalo de corrupción denominado "Blue Apple", de pago de coimas por 40 millones de dólares y que involucra a más de media docena de empresas constructoras, "ahorita muere" también.

Destacó que en República Dominicana, "un país que es tan pobre, ya acabaron (de procesar a los vinculados) con Odebrecht; en Ecuador ni se diga, al vicepresidente (Jorga Glas) lo metieron preso; en Colombia también".

Y aquí en Panamá "no hemos hecho nada, de arriba (los implicados) no sabemos exactamente quiénes son porque todo lo ocultan", resaltó Britton, múltiple ganadora del Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró en novela (1982, 1984, 1991), cuento (1986) y teatro (1986, 1987 y 1994).

Por el caso de los sobornos de Odebrecht están procesadas 63 personas en Panamá, entre ellas, los dos hijos del expresidente panameño Ricardo Martinelli (2009-2014), sobre quienes hay una orden de búsqueda y captura y cuyos nombres fueron filtrados a la prensa local.

Las identidades del resto de implicados en la trama de Odebrecht se mantienen en reserva de sumario.

Un tribunal panameño validó el pasado 9 de noviembre un acuerdo alcanzado entre la Fiscalía del país y Odebrecht, que incluye el pago de una multa de 220 millones de dólares y el archivo de la causa en Panamá contra la empresa y sus antiguos directivos en el país por haber colaborado en las investigaciones.

Odebrecht, que llegó a Panamá en 2006, cuenta con unos 8.000 trabajadores, es la principal contratista del Estado panameño y actualmente ejecuta obras que superan los 3.000 millones de dólares.

La constructora brasileña, así como las otras empresas que han sido mencionadas en el caso "Blue Apple", siguen participando en obras de infraestructura pública en el país.

Para la escritora Britton, autora de "Tocino del cielo" (2015, Penguin Random House), su más reciente novela, esto es un ejemplo visible de que la corrupción campea por igual en el sector público y el privado.

"Cualquiera coge un periódico de los últimos cinco años y puede ver que Panamá tiene un problema de imagen, que no es de imagen en realidad", precisó Britton, para lamentar que no debemos quejarnos "cuando nos señalan como corruptos en el extranjero".

En lo que se refiere a su vida como autora, resalto que quisiera, como lo hizo el brasileño Jorge Amado, "llegar hasta el final escribiendo, y espero que con la memoria completa, porque ya estoy dudando".

Afirmó que no teme a la muerte y solo espera que esta le llegue de "una forma simpática" y "no horrible con un cáncer", y que tras de haber viajado mucho, indicó, "quisiera viajar más, pero tengo que cogerla como dice la canción 'despacito' porque ya no me da el fuelle para tanto".

Sin embargo, presumió de haber celebrado sus 80 años "buceando en Aruba, con snorkel (tubo respiratorio) y chapaletas. Le dije a mi hija, bueno, este es mi último cuplé buceando en Aruba, porque yo tenía que hacer algo así" extremo.

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