El silencio del sepulcro: Jesús Yacente, pasión y recogimiento

El Yacente y en el fondo la Catedral Basílica Santa María La Antigua / Canva/Alejandro Reyes/Cofradía de Cristo Redentor

Ciudad de Panamá, Panamá/El Viernes Santo, las calles del Casco Antiguo se transforman en un camino de silencio y fe. La Hermandad del Jesús Yacente guía la procesión que revive la entrega total de Cristo, sereno y sin vida, sobre la losa del Santo Sepulcro. Una manifestación de recogimiento que conmueve el alma y nos recuerda que la oscuridad jamás tiene la última palabra.

Sin corona y vestido únicamente con el sudario. Así se presenta Cristo muerto, depositado con devoción sobre la losa del sepulcro. Una imagen que conmueve y que habla sin palabras del misterio más profundo de la fe cristiana: la entrega total, el amor llevado hasta el extremo.

El Viernes Santo, las calles del Casco Antiguo se llenan de un sobrecogedor silencio roto solo por los pasos de los nazarenos.

El Cristo Yacente recorre la ciudad bajo la mirada emocionada de quienes lo esperan con respeto y devoción.

La Hermandad del Jesús Yacente es la encargada de custodiar esta procesión, que no es solo una manifestación religiosa, sino también un acto de memoria, de esperanza y de recogimiento. Cada detalle, cada movimiento está impregnado de una solemnidad que invita a la reflexión y al recogimiento interior.

Sobre el cuerpo se aprecian los signos de la pasión, la laceración, los latigazos, la llaga del costado y la crucifixión.

"El Jesús Yacente es una talla magnífica que es la que sale el viernes. Se puede venerar en la Catedral Basílica Metropolitana de Santa María de la Antigua, donde está allí siempre todo el año e impone mucho, porque la configuración del artista se enmarca en su contemplación al Cristo. Todas las situaciones de la Pasión —la sangre, la forma, la postura, hasta la sábana— conmueven", destacó fray Javier Mañas.

Tiene la finalidad de recrear el paso de Jesús por el Santo Sepulcro.

Recorrido de la procesión