Ricky Rubio lidera el renacer del básquet español sin la generación de Pau Gasol

España presenta una nueva imagen en el baloncesto

Ricky Rubio
Ricky Rubio / AFP
Afp
18 de diciembre 2019 - 11:00

La lesión de Pau Gasol provocó que España se presentase en el Mundial de básquetbol sin ningún miembro de los 'Juniors de Oro' por primera vez en dos décadas, pero la selección liderada por Ricky Rubio sorprendió al colgarse el oro en China.

Los entendidos auguraban una difícil reconstrucción una vez desaparecida la generación más exitosa del baloncesto español; la que había ganado un Mundial, tres medallas olímpicas (dos de plata y un bronce) y tres títulos europeos (además de dos subcampeonatos y tres terceros puestos).

Se fueron retirando del deporte los miembros más destacados de aquella generación, como Raül López y Juan Carlos Navarro, y otros dejaron la selección tras Rio-2016, como Felipe Reyes o José Manuel Calderón.

Sin el 'Chacho', Mirotic ni Ibaka

El único superviviente, Pau Gasol, tampoco pudo estar en China por una fractura en el pie de la que aún no se ha recuperado. Y por si fuera poco, hombres importantes en los últimos años con la selección española, como el base Sergio Rodríguez o los nacionalizados Nikola Mirotic y Serge Ibaka, renunciaron para poder descansar después de una dura temporada con sus clubes.

Los problemas parecían acumularse para el seleccionador Sergio Scariolo para formar un equipo de garantías con el que tratar de conseguir el principal objetivo en China: asegurar la clasificación para los Juegos de Tokio-2020.

Pero jugadores que habían crecido en los últimos años al lado de las grandes estrellas y que acumulaban ya experiencia internacional dieron un paso adelante y asumieron el nuevo papel que les tocaba desempeñar: el de protagonistas.

La selección estuvo liderada por Ricky Rubio, el que fuera niño prodigio del básket español cuando debutó en el profesionalismo con 14 años con el Joventut de Badalona y cuya carrera en la NBA, que debutó en Minnesota en 2011, parecía estancada. Alcanzó la plenitud de su juego en China.

Rubio lideró al equipo promediando 16,4 puntos, 6 asistencias, 4,6 rebotes y 1,5 robos por partido, brillando especialmente en semifinales contra Australia (19 puntos, 12 asistencias, 7 rebotes y 4 robos) y ante Argentina en el choque por el título (20 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias).

Jugador más valioso del torneo

Gracias a estas cifras, Rubio fue designado el jugador más valioso del torneo (MVP), tomando el testigo de Pau Gasol, que lo había sido en 2006 cuando guio a España a su primera corona mundial.

Y Rubio formó parte del quinteto ideal, junto al francés Evan Fournier, al serbio Bogdan Bogdanovic, al argentino Luis Scola (que a sus 40 años llevó a Argentina a la final) y a Marc Gasol, que completó un año de ensueño después de que semanas antes ganara su primer campeonato de la NBA con Toronto Raptors.

Con 14,4 puntos, 5,5 rebotes y 4,1 asistencias de media por partido, el pequeño de los Gasol fue el complemento ideal de Rubio, que también estuvo acompañado por otros veteranos como Rudy Fernández y Sergi Llull y por jugadores con menos experiencia, pero igualmente válidos como los hermanos Willy y Juancho Hernangómez, Victor Claver o Pau Ribas.

España dejó muchas dudas en la primera fase, con triunfos difíciles ante Puerto Rico e Irán, pero fue de menos a más en el campeonato hasta jugar sus mejores partidos cuando se disputaban las medallas, contra Australia en semifinales (95-88) y frente a Argentina en la final (95-75), que en un proceso de renovación similar al del equipo español, sorprendió a todos al colgarse la plata, con una sola derrota en todo el torneo.

Definitivamente, Asia se le da bien a España, que en ese continente había conquistado una de sus platas olímpicas (Pekín-2008) y el otro título mundial (Japón-2006)... Y las próximas grandes citas para España serán los Juegos de Tokio-2020 y el Mundial-2023 que coorganizarán Filipinas, Japón e Indonesia.

Aunque quizás para estos campeonatos futuros, el gran dominador del baloncesto mundial, Estados Unidos, haya aprendido la lección recibida en China, cuando se presentó con un equipo B, sin sus grandes estrellas, y quedó en séptima posición, tras perder contra Francia en cuartos de final (89-79) y frente a Serbia (94-89) en el partido por la séptima plaza.

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