Desvelan placa informativa sobre legado humanitario y deportivo de Clemente
En memoria de una gran figura
Major League Baseball (MLB), la familia de Roberto Clemente, el Ejecutivo puertorriqueño, así como peloteros de la isla retirados y en activo, desvelaron hoy una placa en honor al fenecido pelotero, que será colocada en Piñones, norte, cerca de donde cayó el avión en el que falleció el deportista boricua en 1972.
Acompañada de dos de sus tres hijos -Luis Roberto y Roberto Enrique- la viuda de Clemente, Vera Zabala, dijo en declaraciones a EFE tras el acto en un hotel en San Juan, que este nuevo reconocimiento póstumo al astro puertorriqueño se le hace por su empatía.
"La forma en que murió era como el vivió: ayudando al prójimo", resaltó Zabala sobre aquel momento en que falleció Clemente.
Roberto Clemente murió el 31 de diciembre de 1972 mientras transportaba ayuda a los damnificados de un terremoto que azotó Nicaragua, dejando un legado importante no sólo deportivo, sino como figura pública, solidaria y comprometida.
El avión en el que Clemente y otras cuatro personas viajaban se estrelló en las aguas al norte de San Juan y los restos del mismo y de sus tripulantes nunca fueron hallados.
En 1971 MLB creó el "Premio del Comisionado", que se entregaría anualmente al jugador que sea seleccionado por su carácter admirable y sus contribuciones caritativas a la comunidad.
No obstante, tras la muerte de Clemente, el nombre del premio cambió al "Premio Roberto Clemente", que se entrega al pelotero que mejor representa al béisbol en términos de personalidad, trabajos en la comunidad, filantropía y contribuciones positivas tanto dentro como fuera de terreno.
En esta misma línea, Luis Roberto Clemente propuso que todos los ganadores del premio acudan anualmente adonde se ubicará la placa informativa en el área de Piñones, a varios kilómetros donde se cree que se estrelló el avión donde viajaba Clemente y los demás tripulantes.
Por su parte, el comisionado de MLB, Rob Manfred, destacó que no solo se resalta la figura de Clemente como "un gran pelotero, sino porque fue un gran humanitario" y su "servicio en su comunidad y en momentos de necesidad".
La MLB comunicó, además, su apoyo a la resolución que presentó la Cámara de Representantes federal para exhortar a que el Servicio de Parques Nacionales de los Estados Unidos añada la ubicación de la placa al Registro Nacional de Lugares Históricos.
Mientras tanto, el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, quien también acudió al acto, dijo ser seguidor de Clemente, pues usa una gorra con el número 21 que usó el legendario pelotero con los Piratas de Pittsburgh cuando realiza sus carreras matinales y cuando, dijo, tiene que tomar decisiones complicadas.
Al acto también acudió el excompañero de equipo de Clemente y narrador de los Piratas, Steve Blass, quien describió al legendario pelotero como "uno de mis profesores" sobre el terreno.
"Lo extraño a diario. Han habido grandes jugadores y legados, pero Roberto nunca se nos ha ido de nuestras mentes por los documentales, calles, escuelas y puentes que han hecho a su nombre. Su legado continúa pese a más de 40 años de su muerte", enfatizó Blass, a quien también describió el estilo de 'fildeo' de Clemente como una pieza de baile.
Durante sus 18 temporadas en las Grandes Ligas con los Piratas de Pittsburgh, Clemente ganó cuatro títulos de bateo, un premio de "Jugador Más Valioso" en las Grandes Ligas en 1966 y tuvo dos apariciones en la Serie Mundial.
Bateó para .317 de promedio de por vida, fue seleccionado doce veces al Juego de las Estrellas e igual número de ocasiones fue galardonado con un "Guante de oro" en las Grandes Ligas por su excelente defensa.
Clemente se convirtió en 1972 en el primer pelotero latinoamericano en la historia de las Grandes Ligas en conectar 3.000 imparables, cifra que automáticamente lleva a cualquier jugador al Salón de la Fama.
Clemente entró al Salón de la Fama en 1973, un año después de su muerte. Sólo tres jugadores en la historia de las Grandes Ligas han sido seleccionados para estar en la inmortalidad del béisbol luego de un año de su retiro. Se supone que todo pelotero retirado, espere al menos cinco años para su posible entrada al recinto.