Dos lanzadores con casos por resolver
Dos lanzadores panameños cuyo futuro es incierto dentro del béisbol de las Grandes Ligas son Mariano Rivera y Manuel Corpas. Ambos casos son diferentes, sin embargo no se sabe aún qué será de ellos para el año 2013. Corpas optó por la agencia libre luego de que la organización para la que jugó este año, los Cachorros de Chicago, decidiera enviarlo a Triple A. Eso indica que el serpentinero de Chilibre intentará buscar nuevos aires para el 2013 por lo que entrará en el mercado de los relevistas. Sus números con los Cachorros fueron modestos (récord de dos derrotas sin victorias y una efectividad de 5.01), pero si se toma en consideración que venía de un año de inactividad, luego de someterse a la cirugía Tommy John en su codo derecho, cabe la posibilidad de que tenga mayores opciones de ser contratado en comparación a las que tuvo antes de que el equipo de Chicago lo contratara. En cuanto a Rivera, quien se lesionó el pasado 3 de mayo el ligamento cruzado de su rodilla derecha, la respuesta a su futuro estará en su estado de salud. El contrato de dos años y 30 millones de dólares que Rivera suscribió con "Los Bombarderos del Bronx" a finales del 2010 ya expiró, así que se le podría presentar una nueva oferta si está en buenas condiciones y decide volver a jugar. Aunque, en reiteradas ocasiones, el cerrador de los Yanquis de Nueva York ha manifestado que trabaja para volver al montículo. Las recientes declaraciones del gerente Brian Cashman dejan abierta la posibilidad de que el istmeño no pueda regresar y apresure su retiro. El hecho de que el lanzador dominicano Rafael Soriano, quien reemplazó a Rivera durante su ausencia, decidiera no ejercer una cláusula de permanencia con los Yanquis deja al equipo del Bronx a la espera de una respuesta oficial de parte del panameño. Los Yanquis podrían ofrecerle un nuevo contrato a Soriano, que se estima sea de un año y 13.3 millones de dólares. De ser así dependerá de él y su agente si lo aceptan o lo rechazan. Esto, sumado a la situación de Rivera, deja una incógnita por resolver para la directiva del equipo neoyorquino; la de quien será su cerrador de planta. Dependerá del estado físico que presente el taponero de Puerto Caimito, en los campamentos primaverales de inicios del 2013, si permanece o no con los Yanquis y en la Gran Carpa. Todavía quedan poco más de dos meses para saber que pasará.