Miguel Cabrera, rey de tres coronas
Miguel Cabrera se convirtió el miércoles en el primer jugador en 45 años que completa la triple corona de bateo en las Grandes Ligas, uniéndose a una lista de nombres legendarios como Mickey Mantle, Ted Williams y Lou Gehrig. El hito del venezolano no fue oficial hasta que los Yanquis sacaron a Curtis Granderson por un bateador emergente en su juego contra los Medias Rojas de Boston. Granderson pegó dos jonrones para llegar a 43 en la campaña, igualado con Josh Hamilton de Texas y a uno de Cabrera. "Es una sensación indescriptible", dijo Cabrera, desbordado por la emoción. Cabrera se fue de 2-0 con los Tigres de Detroit ante los Reales antes de salir vitoreado de pie por los aficionados en la cuarta entrada. Detroit ganó 1-0. "Todo el mundo me dice que es algo increíble. "Todo están felices de haber sido testigos de esto, de haberlo disfrutado conmigo, de haber sido parte. Y yo me siento mejor porque ganamos", afirmó Cabrera. El nativo de Maracay culminó la campaña con promedio de .330, cuatro puntos porcentuales por encima de Mike Trout de los Angelinos de Los Angeles. Trout es su máximo rival por el premio al Jugador Más Valioso. Cabrera arrasó en carreras remolcadas al totalizar 139. Carl Yastrzemski de Boston fue el último jugador en conseguir la triple corona, en 1967. "Estoy contento de que él lo haya logrado al mismo tiempo que guió a su equipo al título de la división Central de la Liga Americana", dijo Yastrzemski en una declaración escrita. "Yo tuve la suerte de ganar ese premio en 1967 como parte del "Equipo del Sueño Imposible" de los Medias Rojas". Ese equipo de Boston alcanzó la Serie Mundial y los campeones de la división Central ahoran intentarán alcanzar ese objetivo. Abrirán los playoffs el domingo como locales ante los Atléticos de Oakland. "Los últimos dos días fueron durísimos, ya que todo el mundo no paraba de hablar de ello", dijo Cabrera. "Sólo me enfoqué en lo mío. Salir a jugar y cumplir con mi deber. "La parte más complicada es mantenerse concentrada. Me decía: "Si ganamos la división, lo demás iba a salir bien". El comisionado Bud Selig ofreció también sus felicitaciones, diciendo que la triple corona es "un logro increíble que le coloca entre una elite de pocos en la historia del béisbol". La muchedumbre en el Kauffman Stadium le recibió con una ovación antes que cediese un out en elevado en el primer inning. Cabrera se ponchó en el cuarto, pero siguió en el partido, lo que permitió a Leyland sacarle con dos outs en la parte baja, en medio de otra ovación de los fanáticos, entre los cuales habían varios agitando banderas de Venezuela. Cabrera saludó a sus compañeros de equipo al ingresar a la banca, y seguidamente salió al descanso y reconoció los aplausos de la concurrencia. Cuando el logro se hizo oficial, fue mostrado en la pizarra electrónica, ante más aplausos. "Yo diría sin duda alguna que él lo ha disfrutado. ¿Cómo podrías no disfrutarlo si eres un pelotero?", dio el piloto de los Tigres Jim Leyland antes del partido. "Yo añadiría que dudo mucho, conociéndole, que él disfrute toda la atención adicional, y todas las conversaciones extra que ha tenido que tener. Eso es algo fuera del dominio de su personalidad, para serles sincero", añadió. La carrera del venezolano en pos de la historia ha transcurrido básicamente en forma discreta, eclipsada por las excitantes contiendas por los playoffs, la enorme popularidad de la NFL y las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Un evento que en otros años dominaría los titulares ha sido prácticamente dejado a un lado. "Todo el mundo del béisbol debería estar aquí en estos momentos", dijo el as de Detroit Justin Verlander. "Es el mejor bateador del momento en las mayores", dijo Trout. "No hay nadie como él cuando está montado con dos strikes. Si dejas un pitcheo sobre el plato en ese turno, te lo batea. Su año fue sensacional". En otros renglones ofensivos en las mayores, Buster Posey de San Francisco se convirtió en el primer catcher en ganar el título de bateo de la Liga Nacional desde Ernie Lombardi de los Bravos de Boston en 1942. Posey finalizó con .336 de promedio, nueve puntos por encima de Andrew McCutchen de Pittsburgh. Melky Cabrera, compañero de equipo de Posey con los Gigantes, terminó con .346. El dominicano, sin embargo, pidió ser descalificado tras haber sido suspendido el 15 de agosto por un caso de dopaje con testosterona. Ryan Braun de Milwaukee, quien salió airoso al apelar una sanción por dopaje, fue el campeón de jonrones de la Nacional con 41. Chase Headley de San Diego lideró en empujadas con 115, tres más Braun. Trout (49) y el nicaragüense Everth Cabrera (44) de San Diego dominaron en bases robadas. En cuanto a los lanzadores, Gio González encabezó las mayores en victorias con marca de 21-8 en su primera campaña con los Nacioanels de Washington. El as de los Angelinos Jered Weaver (20-4) y el zurdo de Tampa Bay David Price (20-5) compartieron el primer lugar en la Americana. El mejor en promedio de carreras limpias admitidas fue Clayton Kershaw de los Dodgers de Los Angeles con 2.53, primer lanzador de la Nacional que repite el título desde Randy Johnson de Arizona en 2001-02. Price fue el mejor en la Americana con 2.56. Justin Verlander, el as de los Tigres, repitió por segundo año como líder de las mayores en ponches con 239. R.A. Dickey, el nudillero de los Mets de Nueva York, lideró la Nacional con 230 ponches, uno más que Kershaw.