Arsenal pierde y no alcanza la cima

El Arsenal no fue capaz de aprovechar el pinchazo del Schalke, que empató en Montpellier, para terminar primero del grupo B en la Liga de Campeones ya que perdió en Grecia contra un Olympiacos que no se jugaba nada. Tanto el Arsenal de Arsène Wenger como el Olympiacos plantearon alineaciones ofensivas lo que propició un juego rápido al inicio del encuentro. El Olympiacos no se jugaba nada, ya clasificado para la Liga Europa aunque sin posibilidad de alcanzar a los ingleses, pero su entrenador, el portugués Leonardo Jardim, exigió a sus jugadores plantar cara a un Arsenal que jugaba por la primera plaza, aunque en desventaja respecto al Schalke 04, líder del grupo. A lo largo de la primera parte los griegos hicieron valer su papel de anfitrión, llegando en más ocasiones a campo contrario y disparando más a la portería rival. Sin embargo, los ingleses daban mayor sensación de peligro pues los locales dejaban demasiados huecos en defensa. En uno de estos repliegues desordenados del Olympiacos, el Arsenal supo dar muestra de su mayor experiencia y calidad: el marfileño Servinho se llevó a la defensa griega hacia la línea de fondo para dejarla atrás al checo Rosicky, que remató al fondo de las mallas desde el punto de penalti. El Arsenal se iba así al descanso como primero de grupo ya que el Schalke 04 empataba a cero en Montpellier. Pero los griegos no se conformaron. Especialmente tras la entrada del español David Fuster, el Olympiacos ganó en ideas y empató. La jugada del gol local no tuvo nada de heroico, pero sí de astuto, ya que Maniatis fue lo suficientemente rápido para golpear un mal control de la defensa del Arsenal en un momento en que el área andaba revuelta. Aún más trascendental fue la salida al campo de Mitroglou, el goleador griego del Olympiacos, quien, apenas un minuto después de pisar césped realizó una bella jugada al borde del área con la que se deshizo de un par de ingleses para lanzar un potente disparo al palo largo y poner el 2-1 en el luminoso. Los ingleses, ausentes durante la primera media hora del segundo tiempo, trataron de desperezarse al final del partido pero era ya demasiado tarde.