El Chelsea sale vivo del Parque de los Príncipes

El Chelsea salió airoso de su complicada visita al Parque de los Príncipes, y lo hizo gracias a la gran actuación de su portero Courtois. El belga acentuó el valor del tanto de Ivanovic y obligó al PSG a conformarse con un empate que sólo pudo lograr Cavani.

El miedo a cometer errores, el temor a dar un paso en falso, atenazó a los dos equipos durante buena parte del encuentro. Primero asegurar y después ya veremos. Con esas intenciones, habituales a estas alturas de Liga de Campeones, la idea de ver un partido con alternativas y grandes ocasiones se esfumó en el primer acto.

El PSG pretendía ceder la iniciativa y salir al contragolpe. Conviene recordar que enfrente estaba el Chelsea. Mou se las sabe todas en este sentido. El conjunto inglés aceptó marcar el ritmo del partido. Se jugó lento, sin pases arriesgados y con pies de plomo en cada acción del partido. De ahí que apenas un par de cabezazos de Matuidi e Ibrahimovic con sendas intervenciones acertadas de Courtois fueran las acciones destacables en la primera media hora.

Otra gran respuestas del meta belga a un cabezazo en el primer palo de Cavani fue la antesala del típico oportunismo del Chelsea. Un centro de Terry, un taconazo sublime de Cahill y un cabezazo de Ivanovic, especialista en aparecer en las grandes citas, silenciaron París. Tres defensas fabricaron una gran jugada de gol y justificaron el lógico conservadurismo del equipo londinense.

Parecía anestesiado el equipo de Blanc tras el gol pero un certero cabezazo de Cavani, a la salida del segundo acto, sacudió el tedioso guión que se prevía para el segundo asalto. A partir de entonces, el Chelsea se echó un paso hacia atrás y se preparó para sufrir. Lo hizo con el destello de un discreto Ibra, que apareció en tres cuartos de campo para tirar un pared y plantarse ante Courtois. El belga volvió a hacerse enorme y encontró un aliado en Terry cuando Lavezzi se disponía a finalizar el corto rechace del portero del Chelsea.

Ni Cavani ni Ibrahimovic Con Ibra demasiado intermitente y Lavezzi lejos de su mejor versión, el PSG se aferró al carácter de Cavani. El uruguayo tuvo otro mano a mano con Courtois que tampoco supo resolver. Casi en el último suspiro fue Ibrahimovic quien se volvió a encontrar con el meta belga.

Y ahí murieron las opciones de los de Blanc ante un Chelsea con demasiado oficio como para ser sorprendido en el tramo final. Rescató Courtois un empate para Mourinho y el Chelsea que sabe a gloria y que deberán hacer bueno en Stamford Bridge, donde el PSG promete pelea, y de la buena.