Solo bastó Messi y el Barça a octavos
Igualó a Raúl y fue el protagonista del equipo
El Barça superó el trago del Amsterdam Arena venciendo al Ajax con más eficacia que juego asegurándose así el pase a los octavos de final de la Champions Legue. Queda por determinar si lo hará como primero o segundo de grupo en su duelo con el París Saint-Germain. Aferrado al talento de Messi, que lideró al equipo en los momentos más difíciles y a un par de decisiones arbitrales que ayudaron lo suyo en la primera parte cuando el equipo de Luis Enrique no sabía como achicar el agua que se le acumulaba en el balcón de Ter Stegen, el argentino fue el elemento decisivo de un partido en el que luis Enrique volvió a castigar a Piqué con la suplencia. Leo, que con sus dos goles iguala el registro de Raúl como máximo goleador de la máxima competición continental con 71 tantos, fue el origen y el final de todo lo bueno que tuvo el Barcelona en Amsterdam, donde el Ajax volvió a pecar de novato. Messi apareció para marcar el 0-1 de cabeza en la primera parte cuando peor lo pasaba el Barça y en la segunda parte dominó el partido a su antojo. Expulsó a Veltman a base de encarar en unas cargas heroicas él solo a toda la defensa ajacied, que no tenía otra manera de pararle que no fuera tirándole al suelo. Se fabricó con el apoyo de Pedro el segundo gol, que le permitía igualar a Raúl como máximo goleador de la Champions, y le dio a Suárez un par de pases para que se estrenara como goleador en el campo que le lanzó al estrellato. Pero no era el día del uruguayo. Suárez se pasó la primera mitad del partido perdido en la banda y en la segunda intervino más en el juego, pero Luisito antes de chutar sigue mirando antes dónde está Messi. Un síndrome habitual en los delanteros que conviven con el astro argentino. Ya se le pasará. El partido estuvo claramente dividido en dos mitades que coincidieron con cada una de las partes. En el primer tiempo, el Ajax dominó el partido y mereció el premio de algún gol. Fueron los momentos en los que el Barcelona no sabía a que jugaba, cuando Alves era una máquina de perder balones y era retratado constantemente por Andersen, cuando Veltman mandaba en la zaga holandesa, El Ghazi llevaba a la defensa culé por el camino de la amargura y Serero imponía su ley en el centro del campo. Y por si fue