Mourinho consume su crédito en el Chelsea

Premier League - Chelsea

Jose Mourinho
Jose Mourinho / Getty Images
Efe
16 de diciembre 2015 - 10:02

Cuatro meses después de firmar una sustanciosa renovación de contrato de cuatro temporadas con el Chelsea, el portugués José Mourinho afronta su momento más complicado en Inglaterra, con el equipo al borde del descenso y su puesto más en entredicho que nunca.

En la campaña que iba a ser la de la consagración del Chelsea como fuerza dominante en la Premier League y en Europa, el conjunto del suroeste de Londres, en su peor inicio de temporada en 37 años -nueve derrotas en 16 compromisos ligueros- y los rumores sobre el cese de su técnico copan las portadas de los principales diarios británicos.

Mourinho, el entrenador más laureado de la historia de la institución -tres Premier League (2005, 2006, 2015), una Copa de Inglaterra (2007), tres Copas de la Liga (2005, 2007, 2015) y una Community Shield (2005)-, podría tener sus días contados en la capital británica, ya que desde hace semanas el dueño del club, el magnate ruso Román Abramóvich y la junta directiva y deportiva estudian su continuación.

El oligarca se reúne este miércoles con Bruce Buck (presidente), Marina Granovskaia (mano derecha de Abramóvich) y Michael Emenalo (director deportivo) para debatir la ratificación o la destitución del luso.

Su cese, algo impensable a comienzos de temporada, supondría un dispendio de 40 millones de libras (55 millones de euros) para las arcas del club. Tras su millonaria renovación el pasado 7 de agosto, Mourinho se embolsa un salario de 250.000 libras (344.000 euros) semanales.

Sin embargo, ésta no sería la primera destitución del controvertido técnico en el Chelsea, puesto que en septiembre de 2007 Abramóvich ya le pagó a él y a sus ayudantes un finiquito de 16 millones de libras (22 millones de libras).

El regreso de Mourinho a los 'Blues' en junio de 2013, seis años después de su despido, fue visto con cierto escepticismo en todos los estratos del club: la junta directiva, en una ajustada votación (tres votos a favor y dos en contra), optó por su contratación como reemplazo del español Rafael Benítez, técnico interino en la segunda mitad de ese curso.

Los aficionados, sin embargo, abrazaron la vuelta del autodenominado "Special One", que apenas dos años después de su arribo premió la confianza del dueño ganando la ansiada Premier League.

Seis meses después de la conquista, la mayoría de los fieles hinchas azules siguen apoyando a Mourinho como si fuera el primer día. Las gradas de Stamford Bridge cantan y entonan el nombre del portugués en cada partido de local, dejando clara su postura ante los rumores de una posible destitución.

Las dos derrotas consecutivas en liga, ante los modestos Bournemouth (0-1 en casa) y Leicester (2-1 en el King Power Stadium), y los recientes comentarios sobre la "traición" del vestuario han vuelto a encender los rumores de su cese.

Tras el partido frente al Leicester, Mourinho afirmó que se siente "traicionado" por sus jugadores: "Siento que mi trabajo ha sido traicionado. Tengo que mirar a los ojos a algunos jugadores y preguntarles si sienten al Chelsea como lo siento yo", dijo el luso visiblemente molesto.

"Una posibilidad es que la temporada pasada hiciera un trabajo asombroso y llevara a los jugadores a un nivel que no es el suyo y que ahora no pueden mantener", añadió.

Los futbolistas eximen, de puertas hacia afuera, de culpa a su técnico y admiten que la responsabilidad es de los jugadores. El español Cesc Fàbregas, uno de los señalados por Mourinho, insistió que los jugadores deben asumir el compromiso con la entidad y los errores cometidos por el equipo.

"Todos tenemos que asumir la responsabilidad. Si uno es un gran jugador y está pagado como un gran jugador tiene que jugar como un gran jugador y comportarse como tal", dijo el internacional español, que se sumó a Diego Costa, John Terry y Nemanja Matic como futbolistas que han defendido públicamente al mánager.

Mientras la junta directiva y Abramóvich debaten la continuidad de Mourinho, los medios de comunicación y las casas de apuestas británicas especulan con entrenadores para reemplazar al luso, los últimos el español Juande Ramos y el holandés Guus Hiddink.

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