El Stade de France se prepara para el regreso del fútbol tras el 13-N
Francia recibirá a Rusia en un juego amistoso
Por primera vez desde los atentados del 13 de noviembre en París, la selección francesa de fútbol jugará en 'su' Stade de France el martes, contra Rusia en un amistoso, con la seguridad como gran preocupación, una semana después de los ataques de Bruselas y menos de tres meses antes de la Eurocopa-2016.
Este retorno llega en un contexto tenso tras las explosiones en el metro y el aeropuerto de la capital belga, que dejaron 28 muertos y 340 heridos el 22 de marzo.
Además, el rival será Rusia, que tiene un papel activo en el conflicto de Siria en el bando del presidente Bashar Al Asad, lo que aumenta todavía más la tensión.
Según las autoridades locales, el dispositivo de seguridad previsto para el encuentro será igual al que se desplegó durante el Seis Naciones de rugby, la primera competición deportiva disputada en el estadio tras los ataques de París y Saint-Denis el 13 de noviembre. Entonces, el Stade de France fue uno de los escenarios del drama en la cadena de atentados que provocaron 130 muertos.
Será la primera prueba de lo que puedan encontrar los aficionados durante la próxima Eurocopa, que se disputará en Francia entre el 10 de junio y el 10 de julio, ya que el país sigue "en alto nivel de amenaza", según el ministro del Interior Bernard Cazeneuve.
"Seguridad suficiente"
"Ya se habían tomado medidas en el Stade France. Pese a lo que pasó el 13 de noviembre, podemos considerar que el estadio ya era seguro. Por lo que las nuevas medidas son una seguridad extra. ¿Habría que hacer más? No lo creo. Creo que hay suficiente seguridad", declaró a AFP el presidente de la Federación Francesa de Fútbol, Noel Le Graet.
Concretamente, y como ocurrió durante el Seis Naciones, se hará un filtro previo, con una inspección visual de los bolsos y la apertura de los abrigos que realizarán los agentes de seguridad privada apoyados por la policía. Antes del primer perímetro habitual, en el que se cacheará a los aficionados, se pedirán las entradas y se revisarán una vez más los bolsos.
En total se movilizarán cerca de 400 policías, más que para los partidos de rugby del Seis Naciones, con un control reforzado de los estacionamientos y los alrededores del recinto.
Los recorridos entre las dos estaciones de tren y el estadio también estarán bajo una vigilancia especial.
En el equipo francés, esta vuelta revive un recuerdo doloroso, el de una espera agónica durante una buena parte de la noche del 13 de noviembre en el interior del estadio, mientras que París y el entorno del Stade de France sufrían sangrientos ataques.
Pero los jugadores no se dejarán influir por la psicosis, incluso si los atentados de Bruselas han demostrado que el peligro sigue estando presente.
"Sin miedo"
"No hay miedo. Entonces (el 13 de noviembre), vivimos cosas difíciles, casi en primera persona porque pasó al lado nuestro. Pero, la vida sigue su curso. Se pondrá en marcha toda la seguridad", explicó el sábado el defensa Christophe Jallet, que aconseja a sus seres queridos ir a apoyar a Francia.
"Tenemos el privilegio de hacer algo que desata pasiones, que hace que te olvides de lo cotidiano. Tomamos esa responsabilidad encantados", añadió.
"Es nuestra responsabilidad hacer olvidar los que pasó hace cuatro meses. No es demasiado, es una responsabilidad que asumimos totalmente", explicó.
Algo parecido aseguró el delantero Olivier Giroud.
"Antes que deportistas, debemos ser personas. Nos toca reponernos. Habrá que homenajear a las víctimas de los atentados ganando, espero que ante muchos espectadores. Desde los atentados del 13 de noviembre, ha habido otras desgracias en el mundo, en Turquía, en Bélgica y seguimos adelante. Es una plaga. La tenemos que combatir todos juntos", afirmó el futbolista.