Bolt y Phelps intentan mantenerse en la cima

Bolt y Phelps intentan mantenerse en la cima
Bolt y Phelps intentan mantenerse en la cima
Ap
26 de julio 2012 - 16:11

Invencibles hace cuatro años, Usain Bolt y Michael Phelps afrontan el desafío de los Juegos de Londres con una inusitada aureola de vulnerabilidad. Los dos íconos de Beijing ahora son amenazados en sus respectivas disciplinas por compatriotas, oponentes que bien podrían decirse que en algún momento estuvieron atados a ellos con un cordón umbilical. Bolt y Phelps dejaron imágenes memorables en los dos instalaciones más deslumbrantes de Beijing, el primero en el Nido de Pájaros en el atletismo y el segundo en el Cubo de Agua de la Natación. Se presagiaba que en suelo británico protagonizarían, sin oposición, una secuela a la vibrante película en territorio chino. Hasta que Yohan Blake y Ryan Lochte decidieron romper sus cascarones. Blake se coronó campeón mundial de los 100 metros el año pasado en Daegu, Corea del Sur, donde Bolt fue descalificado por una insólita salida en falso. En el aire siempre quedó flotando la sensación que Bolt cometió la infracción al verse carcomido por la ansiedad de sacar el máximo de ventaja en la partida. Y la confirmación definitiva se produjo en Kingston hace tres semanas, cuando Blake superó a Bolt tanto en los 100 como en los 200 del Preolímpico de Jamaica. Lochte sacudió el orden establecido en el campeonato de Shanghai, bajando de su pedestal a Phelps en los 200 y 400 metros combinados. Como para meterle más sal a la herida, Lochte rompió el récord mundial de Phelps en los 200. Sin complejos de inferioridad, ambos ambicionan ser los mejores. "Me llegó la hora". Esa es la frase que Lochte ha repetido como si fuese una plegaria en los meses previos a Londres. Blake también tiene su consigna: "En los tacones de partida, todos somos humanos y pude pasar cualquier cosa". El jueves, Bolt y Phelps salieron a la palestra de Londres, ambos proyectando semblantes joviales, en extremo relajados, frente al pelotón masivo de periodistas. En Brick Lane, un barrio de moda de la capital británica, Bolt se cansó de juguetear con su gorro de béisbol de amarillo brillante y con sus iniciales entrelazadas al frente. "No diría que estoy bajo presión", opinó. "Sólo estoy concentrado en ganar. No creo que sea el fin del mundo (si no gano), pero tampoco voy a estar pensando en perder". "Sé lo que necesita para ser campeón. Lo único que puedo hacer es enfocarme y hacerlo", añadió. Phelps hizo su acto de presencia en el Centro de Prensa de los Juegos y al sentarse en el estrado sacó su iPhone para tomarle una foto a los periodistas y fotógrafos frente a él. Con siete carreras en las que intervendrá a partir del sábado, Phelps estará muy ocupado en los que insiste serán sus terceros y últimos Juegos Olímpicos. Necesita atrapar tres medallas para batir el récord de más podios en la historia olímpica, que actualmente son los 18 conseguidos por la gimnasta soviética Larisa Latynina. "Este es la última competencia en mi carrera", dijo Phelps. "Es algo grandioso. Es algo que nunca he experimentado. Voy a tener muchos logros nuevos y muchas despedidas esta semana que viene".

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