La crisis migratoria invisible que se agrava en medio de la pandemia

La crisis migratoria invisible que se agrava en medio de la pandemia / TVN Noticias

Panamá enfrenta una crisis migratoria de la que poco se habla. Miles de personas, en su mayoría provenientes de África y el Caribe, permanecen varadas en centros migratorios. Algunos enfrentan enfermedades como la malaria e incluso la COVID-19. Todos enfrentan el desafío de contar con suficiente agua potable y comida para sobrevivir, así como un techo digno.

De acuerdo a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), hay 2,835 migrantes actualmente en las provincias de Darién y Chiriquí. Se encuentran en Estaciones de Recepción Migratoria. No buscan quedarse en Panamá, sino continuar su camino hacia Estados Unidos. Sin embargo, su difícil travesía se complica aún más con la pandemia.

Compra de comida

El Ministerio de Seguridad, a través del Servicio Nacional de Migración, destinará 3.2 millones de dólares en una contratación directa para la compra de comida a migrantes en la Estación de Recepción Migratoria de Peñita y Lajas Blancas en la provincia de Darién. La contratación será a favor de Marbez Distributions Corps, y contempla tres platos de comida desde el 15 de septiembre de 2020 hasta el 16 de febrero de 2021.

En un informe técnico, firmado por el Ministro de Seguridad Juan Manuel Pino, el Servicio Nacional de Migración justificó el procedimiento excepcional de contratación señalando la urgencia y preocupación por la cantidad de migrantes en los albergues. Afirma que Marbez es la única empresa con la disponibilidad inmediata para brindar el servicio.

De acuerdo a la Organización Internacional para las Migraciones, hay 2,835 migrantes en las provincias de Darién y Chiriquí. Actualmente, en La Peñita hay 1,431 y en Lajas Blancas 44. Esto totaliza 1,475.

Utilizando estas cifras como referencia, Panamá estaría pagando $4.74 por cada plato de comida a los migrantes.

TVN Noticias contactó al Ministerio de Seguridad y el Servicio Nacional de Migración para conocer sobre el estado de los migrantes y la justificación de hacer una contratación directa, pero aún no han hecho un pronunciamiento oficial.

Crisis migratoria

La vida de miles de migrantes depende del Gobierno de Panamá. Santiago Paz, jefe de Misión de la OIM en Panamá, explicó a TVN Noticias que estos migrantes no buscan permanecer en el país, sino seguir en su travesía hacia Estados Unidos.

Las Estaciones de Recepción Migratoria en las que permanecen eran originalmente estaciones temporales habilitadas para recibir la ola de migrantes cubanos que partieron en 2017 luego que Estados Unidos eliminara su política migratoria “pies secos, pies mojados”, la cual concedía privilegios excepcionales a los cubanos solo por tocar tierra en Estados Unidos.

Eran albergues temporales, pero ahora a causa de la pandemia los migrantes están obligados a permanecer meses en el mismo sitio. El acceso al agua potable, a medicamentos, comida y condiciones básicas de vida son desafíos que enfrentan todos los días.

La OIM asegura que el gobierno “está tomando el liderazgo”. La organización explica que complementan esfuerzos brindando cooperación técnica, asistencia humanitaria, kits de higiene, kits alimenticios, y medidas de bioseguridad frente a la COVID-19 como estaciones de hisopados.

También destacaron la colaboración del Servicio Nacional de Fronteras, ONGs nacionales e internacionales, y el sector privado.

La tarea es, sin embargo, titánica. Hay migrantes con COVID-19 y otras enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla. Reportajes periodísticos en el área han dejado en evidencia casos de desnutrición en niños y familias viviendo en extrema necesidad.

Muchos migrantes que se encuentran en Panamá provienen del continente africano. Viajan a Sudamérica, usualmente a Brasil por la facilidad de conseguir visas, y luego emprenden el trayecto por tierra rumbo a Estados Unidos. Así cruzan el tapón del Darién y llegan a Panamá.

Otro grupo importante son los migrantes haitianos. El terremoto de 2010 causó un éxodo masivo. Luego, otra ola de migrantes viajó a Brasil para trabajar en la construcción de estadios y facilidades deportivas para el Mundial de Fútbol 2014 y las Olimpíadas de Río de Janeiro 2016. Terminado el boom de la construcción, han emprendido una travesía de varios años en busca de lo que consideran el sueño americano, llegar a Estados Unidos.

“La migración existe de toda la vida”, reflexionó Paz. “Hay que aunar esfuerzos para seguir gestionándola de manera segura, regular y ordenada, demostrando que los migrantes no solo buscan un sueño, sino que a la vez ese sueño permite contribuir al desarrollo de las naciones”, concluyó.

Responsabilidad

¿Es responsable Panamá por la vida de estos migrantes? ¿Se deben destinar millones de dólares en recursos en tiempos de pandemia?

Primero son los seres humanos, segundo la política”, manifestó el economista Rolando Gordon. “Panamá ha firmado varios convenios y debe ser fiel a los principios que firmó y aceptó”, declaró.

En efecto, Panamá es signatario de convenios internacionales sobre Derechos Humanos que contemplan la atención a los migrantes.

El economista apuntó que la vida humana debe ser siempre la prioridad. Señaló que el Gobierno debe hacer los gastos correspondientes para velar por la salud de las personas en el territorio nacional.

Gordon no solo se refirió a la situación migratoria, sino al gasto público en general. “Es prioritario que el Estado rinda cuentas de cómo se va a distribuir. Debe concentrarse en sectores sociales como la Salud y la Educación”, resaltó.

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