Estudio revela el impacto de los casos de fraude en el sector privado

Los esquemas de fraude cometidos por un propietario/ ejecutivo, según el informe, tienen una velocidad superior a tres veces la de los esquemas cometidos por un empleado o gerente.

Estudio revela el impacto de los casos de fraude en el sector privado
Estudio revela el impacto de los casos de fraude en el sector privado / Pixabay
Julio César Aizprúa - Corresponsal digital
14 de junio 2021 - 06:39

Ciudad de Panamá/Cuando la serpiente de manera engañosa le daba a Eva la manzana que Dios había prohibido, estaba cometiendo el primer fraude de la historia, delito que se extendió al ofrecerle Eva el fruto prohibido a Adán. Hoy día, sin serpiente, sin Eva y sin Adán, el fraude se ha modernizado, provocando que las empresas pierdan aproximadamente un 5% de sus ingresos anuales.

La cifra se deriva de un estudio que en 125 países, incluida América Latina y el Caribe, realizó la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados, organización que sitúa la pérdida total en más de 3 mil 600 millones de dólares al año.

En la región, un 76% de hombres y un 24% de mujeres participan de este ilícito, en contraste con Estados Unidos y Canadá, donde el 59% son hombres y el 41% mujeres, estando la mayor parte de los delincuentes entre las edades de 31 a 45 años.

Los esquemas de fraude cometidos por un propietario/ ejecutivo, según el informe, tienen una velocidad superior a tres veces la de los esquemas cometidos por un empleado o gerente, destacando que los que ocupan los puestos más altos tienen la capacidad de dañar a la empresa mucho más rápido que el personal de menor nivel.

Roberto Kelso, presidente de la Asociación Panameña de Examinadores de Fraude, sostiene que la mayoría de los fraudes en las empresas son ocasionados por sus propios empleados

A manera de ejemplo, explicó que en el país los fraudes empresariales más comunes son los sobornos en las compras, donde un encargado de compras recibe una comisión de un proveedor bajo cuerdas por otorgarle la compra de un bien o servicio, en cuentas por cobrar, cuando un oficial de cobros le pide a un proveedor una comisión por conseguirle su pago de forma expedita, y en una bodega, donde el encargado de recibir un contenedor firma haber recibido una carga de materiales que nunca ingresa al inventario, pues el conductor los vendió antes de llegar y le pagó una comisión por no reportarlo.

Otro caso que se da con mayor frecuencia es mediante Instagram, donde se ofrece un producto, la persona lo compra, envía el dinero y nunca recibe la mercancía.

El elemento engaño que ocurre en cada fraude solo puede darse si usted le brinda confianza a una persona y esta se aprovecha”, apuntó Kelso, quien añadió que el fraude es la corrupción y la corrupción es el fraude, pues ambas tienen que ver con la omisión de la verdad, la verdad a medias, o inventada.

Con la llegada de un mundo más digitalizado, dijo que el fraude será cada vez más relevante, ya que debemos “confiar” en las personas que nos ofrecen algún servicio o producto, mediante una llamada o por medio de un correo electrónico.

Al respecto, estadísticas del Ministerio Público indican que durante los tres primeros meses de este 2021 se han registrado 204 denuncias sobre delitos cibernéticos, cifra que aumentó al compararla con los 78 registrados en 2019 y 156 casos en 2020.

Esto se debe a la necesidad de utilizar más las redes para la compra de algunos suministros, para la educación virtual, teletrabajo y el movimiento de dinero a través de la banca en línea como consecuencia de pandemia generada por la COVID-19, indicó el Ministerio Público.

Al estar más personas en el ciberespacio no quiere decir que ahora el delincuente cibernético tiene nuevas técnicas o ha mejorado su capacidad, es que ahora tiene más víctimas”, dijo en su oportunidad el fiscal contra delitos financiero, Ricaurte González.

La Superintendencia de Bancos de Panamá ha alertado en varias ocasiones al público sobre supuestas empresas financieras no reguladas que realizan promociones y captación de clientes vía internet, redes sociales.

Por su parte, la Comisión de Prevención de Fraudes de la Asociación Bancaria de Panamá señala que entre las modalidades de fraudes bancarios más recurrentes están las estafas por donaciones, estafas por volantes de depósitos alteradas, compromisos en correos empresariales, phishing y ciberfraudes con tarjeta de crédito y débito.

Un hallazgo clave en el informe de la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados es una tendencia emergente de organizaciones que favorecen los acuerdos civiles y las medidas disciplinarias internas, en lugar de remitir sus casos de fraude a la justicia.

Manifiesta que las organizaciones que optaron por acuerdos civiles aumentaron al 28% en 2020, desde el promedio del 23% en la última década. Del mismo modo, las denuncias a tribunales se han reducido del 69% en 2008 al 59% el año pasado.

Kelso informó que en la detección de un fraude por parte del empleador y el empleado o proveedor, en casos de complicidad, las empresas locales aplican opciones investigativas y proceden con una denuncia penal si el perjuicio económico excede por lo general los 5 mil dólares, y que también sirve para reclamar el siniestro a sus corredores de seguros para lograr algún resarcimiento económico.

Desde la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá dijeron no tener información sobre fraudes a las empresas.

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