La experiencia de una escuela multigrado en Capira con el regreso presencial a clases

Según datos del Meduca regularmente los centros escolares con baja población estudiantil son los denominados multigrados (un educador atiende a varios grados a la vez), los cuales usualmente se localizan en áreas de difícil acceso y comarcas del país.

Niños recibiendo clases en la escuela de Cirí Grande en Capira. / Urania Molina
Urania Molina - Corresponsal digital
25 2021 - 07:06

Ciudad de Panamá/El regreso a las aulas de clases en las escuelas públicas del país agitó, una vez más, la división que existe entre el Ministerio de Educación (Meduca), las Asociaciones de Padres de Familia y los gremios magisteriales.

Ocurre que mientras el Meduca trabaja en la creación de los mecanismos que posibiliten el “regreso seguro” de los estudiantes a las aulas de clases, existen asociaciones de padres de familia y docentes que rechazan la medida porque el “riesgo de contagio de la Covid-19 sigue latente”.

La división se agiganta en las áreas urbanas porque en las rurales hay alumnos que reciben clases desde la segunda semana del primer trimestre escolar, el cual comenzó el pasado 1 de marzo.

Así lo sustentó la directora nacional de Educación Ambiental y encargada del establecimiento de las medidas de bioseguridad en las escuelas para el retorno a clases, Carmen Aparicio, cuando mencionó a TVN-2.com que actualmente aproximadamente 500 infraestructuras escolares de las 3,107 que albergan escuelas en el territorio nacional están dando clases semipresenciales.

Aparicio, quien se encuentra en un recorrido por las escuelas de la provincia de Herrera para revisar y orientar a las comunidades educativas que se preparan para regresar a clases, expresó que las escuelas con atención presencial de estudiantes son aquellas que mantienen una matrícula baja.

Según datos del Meduca regularmente los centros escolares con baja población estudiantil son los denominados multigrados (un educador atiende a varios grados a la vez), los cuales usualmente se localizan en áreas de difícil acceso y comarcas del país.

Sin embargo, no son los únicos, porque Aparicio confirmó que hay docentes que imparten tutorías en colegios con una “matrícula grande”, es decir de unos 200 estudiantes. “En estas escuelas los estudiantes acuden a periodos escolares cortos. El educador los orienta y explica la parte de los talleres que no pudieron desarrollar”.

Las Gaitas, una de las 500 escuelas con clases semipresenciales

La escuela multigrado Las Gaitas, ubicada en el corregimiento de Cirí Grande del distrito de Capira, es uno de los aproximadamente 500 centros escolares aproximadamente en las que actualmente el proceso de enseñanza-aprendizaje se realiza de manera presencial durante tres días de la semana.

Alejandro González, director encargado de este centro escolar, explicó que la decisión de llevar este año el proceso de enseñanza -aprendizaje de manera presencial se tomó en coordinación con la comunidad educativa y el supervisor de esta zona.

Niña recibiendo clases semipresenciales en Cirí Grande de Capira. / Urania Molina

Las medidas de bioseguridad adoptadas por la comunidad educativa se aprecian desde la puerta de entrada a los predios del colegio. Allí un medidor de temperatura y un dispensador de gel alcoholado reciben a los niños que son ayudados por dos madres de familia que vigilan que coloquen sus nombres y el resultado de la medición de la temperatura corporal en una bitácora establecida con esta finalidad.

Todos los estudiantes deben portar cubrebocas y mantener la sana distancia dentro del salón de clases.

González señaló que en Las Gaitas hay una población estudiantil de 40 estudiantes que son atendidos en “bloques” por tres educadores durante tres días de la semana, desde hace aproximadamente un mes.

Las clases se dan tres veces a la semana martes, miércoles y jueves. Vienen en un horario de bloque. Como es una escuela multigrado somos dos maestros y uno de preescolar. Hay un maestro que atiende primero, segundo y tercero, mientras yo me encargo de cuarto, quinto y sexto”, indicó González.

De acuerdo con el educador existen dos horarios de entrada 8:30 a.m. y 10:30 a.m. Explicó que colocaron dispensadores de alcohol y gel alcoholado en todos los salones de clases. También señalizaron las fuentes para garantizar el lavado de manos de los estudiantes y reiteró la obligación de utilizar mascarillas.

Dentro de los salones de clases se puede observar la separación que existe entre las bancas escolares, los niños con sus mascarillas y algunos con caretas faciales. A diferencia de años anteriores, no hay recreo. Terminada las clases los estudiantes se retiran a sus casas.

González informó que en todo el proceso cuentan con el apoyo de los padres de familia, quienes aparte de la limpieza profunda a las sillas, pupitres y demás, se encargan de nebulizar los salones cuando termina el periodo escolar.

Agregó que tanto padres de familia como docentes están “muy contentos” de poder regresar al aula de clases, por los avances en los aprendizajes que están viendo en los estudiantes. “En un mes y medio que tenemos de clases a los estudiantes se les ve mucho avance”, sentenció González.

Una opinión que respalda Claribel Chirú, la mamá de Miguel, un estudiante de tercer grado, quien aseguró que las clases presenciales son mejores, debido a que les brinda la oportunidad a los estudiantes a tener una interacción directa con sus maestros. “Los niños aprenden mucho más porque los maestros les pueden explicar”, dijo.

Agregó que al igual que otros padres de familia teme a la COVID-19, pero tanto en la casa como en la escuela cumplen con todas las medidas de bioseguridad recomendadas por el Ministerio de Salud (Minsa), pero “confía en Dios” que todo saldrá bien para beneficio de los estudiantes.

Sin embargo, no todos los padres de familia están de acuerdo con el regreso a clases sin que se haya controlado realmente la pandemia de la COVID-19. Entre estos, los afiliados a la Asociación Nacional de Padres de Familia de los Centros Educativos Oficiales y Particulares de Panamá, grupo en formación que calificó el regresó a las aulas de clases como “improvisado, inconsulto y forzado”.

Esta organización envió cartas abiertas al presidente Laurentino Cortizo, la más reciente el pasado 8 de abril, con los puntos en que fundamentan porque consideran contraproducentes regresar a las aulas escolares.

En la carta de dos páginas se resaltó que a pesar de la campaña de vacunación todavía no se alcanza un significativo porcentaje de personas de la comunidad, en general inmunizadas. Las condiciones en que se encuentra la infraestructura de muchos colegios no permiten que se practiquen las medidas de bioseguridad adecuadas y los niños y jóvenes “por su inmadurez no las aplican”. En ese sentido, la organización de padres de familia advirtió que algunas escuelas no cuentan con agua potable, situación que no propicia el lavado de manos.

Otro punto que destacó el grupo de padres de familia es el factor económico. “Muchos hogares perdieron su sustento y no cuentan con suficientes recursos para sufragar los gastos escolares y de transporte”, se expone en la carta.

Al respecto, Humberto Montero, vocero de la Unión Nacional de Educadores por la Calidad de la Educación, grupo formado por 14 gremios magisteriales, explicó que en la reunión que sostuvieron este jueves 22 de abril con las autoridades del Meduca, entre estos la ministra Maruja Gorday de Villalobos, reiteraron su posición de mantenerse en clases bajo la modalidad a distancia hasta que exista “seguridad” para el retorno a clases.

Igualmente mostró la insatisfacción que le provocó conocer que el comité COVID-19 escolar que funcionará en las escuelas estará bajo el paraguas de la comunidad educativa, porque aseguró que a la comunidad educativa, conformada por cinco estamentos de los colegios, les asignaron funciones que solo puede desempeñar un profesional en estas disciplinas.

Esta escuela en el distrito de Capira se mantiene en la modalidad semipresencial desde hace un mes con la supervisión del Ministerio de Educación. / Urania Molina

Montero se refirió al “coordinador en salud y el coordinador en desastres”, quienes junto con el resto de los miembros de la comunidad educativa se encargarán del monitoreo y la evaluación de las medidas de bioseguridad dentro del centro escolar. “Este grupo tendrá 26 funciones”, aseguró.

Una de las situaciones que más alarma a los miembros de la Unión Nacional de Educadores por la Calidad de la Educación es que de las 3,107 infraestructuras que albergan centros escolares, 172 no cuentan con agua potable, mientras que en 1,425 el servicio no es constante, lo que no hará posible cumplir con las medidas de bioseguridad “como el lavado constante de manos”.

Además, manifestó que sobre las 1,425 escuelas ya existe un compromiso de dotarlas de facilidades para poder almacenar el líquido, sea a través de la colocación de tanques de plástico o metal que nunca se cumplió.

Plan piloto: 100 escuelas

Montero expresó que en la reunión que sostuvieron con la ministra se anunció un plan piloto de reinició de clases con 100 escuelas, de las cuales 90 son del sector oficial.

En este grupo, las cuales podrían empezar el próximo 31 de mayo, Montero mencionó la distribución de las regiones educativas donde estarán 81 de ellas. “Cuatro en la provincia de Colón, siete en la de Coclé, 11 en Panamá Norte, 11 en Panamá Este, 10 en Panamá Centro, 22 en Panamá Oeste, cinco en Herrera, cinco en Los Santos, una en Veraguas y cinco en la comarca Ngäbe Buglé”.

Montero aseguró que para que estas escuelas abran sus puertas a los estudiantes deben pasar una certificación que como gremio magisterial estarán vigilando, porque no pueden permitir que se otorgue a centros escolares que no cumplan con las condiciones para albergar a estudiantes, educadores y administrativos.

Si el plan piloto funciona las cifras de escuelas con atención de estudiantes en las aulas de clases superará las 600.

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