Contenido Exclusivo: Morgues al límite
Una morgue colapsada es más que una falla operativa; es una sociedad que no está sabiendo qué hacer con sus muertos debido al aumento de la criminalidad en el país.
Ciudad de Panamá, Panamá/Mientras la vida sigue en las calles de Panamá, detrás de estas puertas cerradas se vive otra realidad: las morgues del país están al borde del colapso. Una crisis invisible, que afecta a médicos forenses y trabajadores que están alrededor.
En vez de aire puro y limpio, se respira en el ambiente un mal olor a sangre y carne en mal estado debido a los cuerpos que se encuentran almacenados en el sitio.
En las gavetas se encuentran cadáveres de hombres, mujeres y menores que han muerto por diversas causas, pero según datos del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (Imelcf), la mayoría de las víctimas que ingresan por año es producto de hechos de violencia, es decir, homicidios, femicidios, ajustes de cuentas o víctimas de la guerra entre pandillas. En el año 2024 ingresaron 3,149 cadáveres, 1,373 por traumatismo y 1,189 por muerte natural; el resto, por otros hechos.
Las cifras de nueve morgues, para 125 cuerpos, desglose de 48 espacios en la morgue de Ancón; de esos 30 no han sido reclamados. En Panamá Oeste, en la morgue de La Chorrera, hay 12 gavetas al tope y seis de ellas llenas con cuerpos no reclamados y en Aguadulce una morgue con 12 gavetas y seis llenas.
Esa crisis ha llevado al Imelcf a alquilar contenedores refrigerados para mantener cuerpos almacenados hasta que se pueda hacer un entierro de solemnidad. El alquiler de esos contenedores es de más de 24,000 dólares al año.
En esta investigación decidimos hacer un recorrido por algunas morgues del país, entre esas Chiriquí, Colón, Aguadulce y La Chorrera; todas enfrentan la misma crisis.
Al mes, en esta morgue se reciben unos 30 casos de muertes por diversas razones, pero prevalecen las muertes traumáticas, es decir, por homicidios o accidentes.
Para agosto del año 2023, fue encontrada en Río Chico de Penonomé una maleta que tenía un cuerpo desmembrado y casi se cumplen dos años y la maleta permanece intacta en la morgue sin que nadie se acerque a reclamarlo; así como este caso, hay otros que siguen ocupando espacios bajo las mismas condiciones de abandono y las autoridades no saben qué hacer con ellos.
Una morgue colapsada es más que una falla operativa; es una sociedad que no está sabiendo qué hacer con sus muertos debido al aumento de la criminalidad en el país.
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Otro gran problema que surgió en medio de este trabajo es que, a causa del aumento de las muertes, los cementerios, sobre todo de la capital, no tienen espacios para que el Imelcf pueda sepultar esos cuerpos sin reclamar, pero se busca la forma de ceder unos 30 espacios pronto para un entierro de solemnidad.
La ley establece un periodo de 30 días para que los cadáveres que son objeto de investigación permanezcan en custodia del Imelcf, pero una vez que se extraigan las muestras para su identificación, puedan ser sepultados; pero en el caso de los olvidados, permanecen de cuatro en cuatro o de dos en dos en las gavetas de las morgues judiciales en espera de espacio en los cementerios.
El sistema forense panameño enfrenta una deuda estructural que pone en riesgo la salud de los ciudadanos, si no se busca una solución a este problema de salud pública que puede convertirse en una crisis sanitaria si no se buscan espacios para más morgues o se encuentran formas de frenar la violencia que va en aumento y las morgues se quedaron chicas.