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Ciudad de Panamá, Panamá/Los semiconductores, conocidos también como chips, son componentes esenciales en dispositivos electrónicos como televisores, celulares, automóviles y sistemas de comunicación.
La importancia estratégica de estos componentes ha llevado a países como Estados Unidos a implementar diversas medidas como el Chips and Science Act de 2022. Este marco legislativo busca fortalecer la producción de semiconductores mediante incentivos a la fabricación y la investigación. En este contexto, Panamá ha sido seleccionado como uno de los socios clave, junto a otros países de América Latina como México y Costa Rica.
En una entrevista con TVN-2.com, el viceministro de Comercio Exterior, Carlos Arturo Hoyos, compartió detalles sobre los esfuerzos de Panamá para convertirse en un actor clave en la industria de los semiconductores.
"Controlar y asegurar esta cadena de suministro se ha convertido en una prioridad para muchos países, especialmente en Occidente, como Estados Unidos", afirmó Hoyos.
Panamá ofrece una serie de atributos que lo posicionan de manera favorable en la industria de semiconductores. Su ubicación geográfica, conectividad logística, capacidad energética y abundancia de agua son elementos destacados. Además, el país es carbono negativo, lo que atrae a empresas que priorizan la sostenibilidad.
"El hecho de tener aeropuertos internacionales cerca de la ruta marítima más importante del mundo nos convierte en un socio atractivo", destacó Hoyos. Estos factores, combinados con un esfuerzo gubernamental por crear un marco regulatorio favorable, fortalecen la posición de Panamá en el sector.
El viceministro indicó que, para integrarse en la cadena global de suministro de semiconductores, el país canalero ha iniciado diversas iniciativas:
A pesar de las ventajas, Panamá enfrenta retos significativos para atraer inversiones extranjeras. El Chips and Science Act permite que empresas soliciten fondos federales de Estados Unidos para proyectos en países socios. No obstante, el país necesita desarrollar capacidades específicas en ensamblaje, prueba y empaquetado (ATP) de semiconductores, así como en diseño, una etapa que requiere menor inversión inicial pero alto conocimiento técnico.
De acuerdo con el viceministro, la industria global de semiconductores generó 560 mil millones de dólares en transacciones durante 2022 y se proyecta que alcanzará un billón de dólares para 2030. Panamá aspira a capturar parte de este crecimiento al integrarse en la cadena de suministro global y ofrecer un entorno competitivo para las empresas del sector.
"Tenemos la oportunidad de entrar en una nueva era de alta tecnología que traerá prosperidad y competitividad internacional", enfatizó Hoyos.
La estrategia de Panamá para convertirse en un centro de la industria de semiconductores implica no solo inversiones en infraestructura y educación, sino también una política pública efectiva y alianzas internacionales. Aunque los desafíos son significativos, las oportunidades de modernizar la economía y generar empleos de alta calidad hacen de esta iniciativa una prioridad nacional.