Más vacas para el matadero encienden las alarmas en los potreros

Ciudad de Panamá, Panamá/“Para que no se nos mueran, pues da mucho dolor verlas morir”. Así describe un ganadero del sector Este de la provincia de Panamá la venta de sus vacas para ser enviadas a los mataderos, una situación que paulatinamente viene aumentando en el país, debido a la falta de agua, pasto, y ante la anunciada llegada del fenómeno atmosférico de El Niño.

Este incremento en el sacrificio de vacas podría “causar daños a futuro” en la producción del sector ganadero, toda vez que la matanza de hembras, inclusive preñadas, provocaría un desbalance en la conservación de los vientres necesarios para repoblar el hato nacional, estimado en 1.5 millones de cabezas, afirmó Fernando Santos Almanza, secretario técnico de Cadenas Agroalimentarias de Carne y Leche Bovina.

Año tras año, añadió, la matanza de la hembra bovina ha venido aumentando, ya sea como vaca de descarte o como novillas preparadas para este fin, y tan solo al cierre del 2022 se tuvo un aumento de 16%, equivalente a 23,005 cabezas.

La demanda de carne de vaca sin hueso va amarrada al consumo per cápita, estimado en 13.5 kilogramos (unas 30 libras), y a que en algunos mercados populares se ofrece al consumidor sin ninguna especificación, aunque los precios oscilan dependiendo de la época.

Santos Almanza detalló que el alza en la matanza de hembras para este primer semestre del año en curso está “un poco más regulado” que en igual periodo del año pasado, aunque ya marcaba una subida de 26%, a razón de 82,660 reses.

El secretario técnico de Cadenas Agroalimentarias de Carne y Leche Bovina indicó que durante la pandemia fue evidente el sacrificio de machos, ya que la poca movilidad de la población creó un consumo más exquisito, con más tiempo para evaluar la calidad de la carne, pero que ya en normalidad la carne de vaca volvió a ser protagonista.

Para Euclides Díaz, secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan), enviar a las vacas al sacrificio es la manera de “adecuarnos al cambio climático”, descartando de las fincas las hembras más flacas, pues apenas pasan los contratiempos atmosféricos “empezamos a retener vientres”.

Díaz reconoció que hay un aumento en el sacrificio de las vacas y una disminución de los inventarios, aunque señaló que este año el Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República no realizó la encuesta de existencia de ganado vacuno, que refleja el inventario de semovientes.

Santos Almanza, por su parte, insistió en que “hay que tener cuidado”, pues el sacrificio de hembras sin equilibrio ocasionaría que en un momento dado haya menos disponibilidad del pie de cría, situación que se ha presentado en años anteriores.

En este aspecto, Díaz explicó que una mayor cantidad de vacas hacia los mataderos es un fenómeno que se repite cada vez que se presenta un evento climático.

Dijo que, esto se dio en el 2022 cuando se lidió con el evento atmosférico de La Niña, que arruinó los pastos por exceso de lluvias, obligando a los ganaderos a hacer ajustas en sus fincas, deshaciéndose de las hembras más afectadas.

La Niña empató con una temporada seca muy fuerte y ahora en diciembre se vaticina que el sacrificio de hembras aumentará, para evitar que las vacas mueran en las fincas, sostuvo Díaz.

“Esto es cíclico y va de la mano de los fenómenos atmosféricos. Luego viene un periodo de bonanza y se ajusta el sacrificio a más machos que hembras”, reiteró el secretario ejecutivo de la Anagan.

Agregó que durante el periodo 2020-2021 la relación del sacrificio de machos llegó hasta un 60% y el de las hembras cayó a 40%, y ahora se está en un porcentaje de 50-50.

La situación en los potreros tiende a complicarse con la anunciada llegada de El Niño y el sobrevuelo cada vez más incesante por todo el país de la mosca del gusano barrenador del ganado, sin que al parecer las autoridades agropecuarias den una pronta y efectiva respuesta.

“Desde hace año y medio mandé muestras del gusano barrenador, sin tener ninguna respuesta. Ya me cansé de mandarlas”, pues la gente de la Comisión Panamá- Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador (Copeg) ni siquiera se aparecen por las fincas, amén de que no proporcionan ningún tipo de medicina, aseguró el productor Uli Vargas, cuyo hato pasta por las tierras de Tortí de Chepo, provincia de Panamá.

En julio de este año la Copeg informó que dispersó más de 15 millones de moscas estériles desde Panamá Oeste, Coclé, Azuero y la provincia de Veraguas para tratar de controlar y erradicar esta plaga, que no se presentaba en el país desde el 2004.

Productores consultados cuestionan lo que denominan una “casi inacción” de la Copeg, del Ministerio de Desarrollo Agropecuario y del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuario (Oirsa), al cual le dan una calificación de 3.5 en apoyo a los problemas de sanidad agrícola que presenta el país.

En cuanto a la matanza de animales hembras en la actividad ganadera, Vargas manifestó que existe la necesidad de mantener los pie de cría, aunque es consciente de que por todo lo que está pasando en los potreros muchos ganaderos se han visto “asfixiados” económicamente, lo que los ha llevado a salir de las vacas.