El cuñado de Felipe VI desvincula a su esposa de sus negocios

Iñaki Urdangarin, yerno del rey Juan Carlos I, que comparece como acusado ante el tribunal de la Audiencia de Palma (España).
Iñaki Urdangarin, comparece como acusado ante el tribunal de la Audiencia de Palma (España). / EFE
Efe
02 de marzo 2016 - 12:05

El cuñado de Felipe VI, Iñaki Urdangarin, desvinculó hoy a su esposa, la infanta Cristina, de la gestión de la entidad que presidía, investigada por la justicia, y reconoció que la Casa Real le pidió en el año 2006 que abandonara esa actividad ante las críticas que recibía por los contratos que firmaban.

Urdangarin está acusado de tráfico de influencias, malversación, prevaricación, fraude, estafa, falsedad, delitos contra Hacienda y blanqueo de capitales por su gestión en el Instituto Nóos, entidad sin animo de lucro a la que supuestamente desvió varios millones de euros de fondos públicos.

En su segundo día de declaración ante la Audiencia de Palma (Islas Baleares, Mediterráneo) el cuñado del rey señaló que Cristina de Borbón, a la que se refiere como "mi señora", no tenía "ninguna" función en el Instituto Nóos, "simplemente era miembro de la junta", como el entonces secretario de las infantas, Carlos García Revenga.

Afirmó además que "no daba un paso" en su vida sin consultarlo con García Revenga, afirmación con la que el esposo de la infanta subrayó el respaldo de la Casa Real a la creación del Instituto Nóos y a la inclusión de Cristina de Borbón en su junta directiva.

El esposo de la infanta, que se enfrenta a entre 19,5 y 26,5 años de prisión por su gestión en dicho Instituto, señaló que en 2003 decidió constituir esa asociación sin ánimo de lucro para trabajar en temas de patrocinio deportivo ante las críticas por sus negocios en ese ámbito y que lo hizo con el respaldo de su familia.

Urdangarin, jugador de balonmano en el Barcelona y miembro de la selección española de este deporte, con la que fue jugador olímpico, comenzó sus actividades profesionales en ámbitos relacionados con el deporte.

Sin embargo, reconoció ante el tribunal que la Casa Real le pidió que abandonara el Instituto Nóos cuando en 2006 surgieron críticas políticas por sus contratos con administraciones públicas, y que asumiera una actividad más discreta integrándose en consejos de administración.

Este deseo se lo expresó el abogado del anterior jefe del Estado José Manuel Romero, conde de Fontao, en una de las "muchas" reuniones que mantenía con él periódicamente, explicó el acusado.

Urdangarin reconoció hoy que cobró 710.00 euros entre 2004 y 2005 por su trabajo para los encuentros deportivos que organizó la entidad en las regiones de Valencia y Baleares, e insistió en que el resto de dinero siempre lo cobró de las empresas privadas a las que asesoró.

La Fiscalía le pide a Urdangarin 19,5 años de prisión al considerar que él y su socio, Diego Torres, violaron la Ley de Contratos de la Administración Pública y usaron de forma fraudulenta convenios de colaboración.

En otro momento de su declaración, Urdangarin negó que mantuviera una reunión en el palacio de la Zarzuela (residencia oficial del rey) con Francisco Camps y Rita Barberá, entonces presidente regional de Valencia y alcaldesa de la capital de esa región, para hablar de los proyectos que Nóos desarrolló en esa ciudad.

El fiscal Pedro Horrach, a lo largo del interrogatorio, puso de relieve numerosas contradicciones entre lo que Urdangarin declaró en el juicio y lo que contó ante el juez instructor del caso, ante lo que replicó que ahora conoce con más detalle cosas que durante la investigación no tenía tan claras.

Después de la declaración de Urdangarin solo falta por presentarse ante el tribunal el asesor fiscal Salvador Trinxet y la infanta Cristina de Borbón, acusada de cooperación en dos delitos fiscales, presuntamente cometidos por su esposo.

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