Los autos clásicos y exóticos salen de los garajes y llegan a San Francisco

Su motor es tan potente que cuando se enciende asusta. Pero después del brinco vale la pena voltear a ver y quedarse inmóvil un tiempo más: es un hot-rod azul eléctrico, con una máquina de 5.7 litros, transmisión turbo, y fabricado en Panamá.

Es uno de la más de una decena de autos deportivos y clásicos que este domingo estaban en el barrio de San Francisco, luciéndose en el encuentro “Cars and coffee Panamá”, una pequeña fiesta de “automóviles de colección, conservados, muscle cars (más pequeños que un deportivo) o rarezas exóticas sobre ruedas” que toma auge.

Estos autos bien son un pantallazo del siglo XX: hay un Ford Deluxe de 1941, producido en plena Segunda Guerra Mundial, un Ford F-100 del 48 y otro del 1953, en la postguerra.

Un Ford Thunderbird fabricado hace 55 años, y popular entre los baby boomers, roba miradas por su elegancia. Hace cinco décadas también enamoró a Elvis Presley, quien lo compró por $6,284 en Memphis, y pagó a sus trabajadores para que se lo llevaran a California, ya que quería utilizarlo mientras grababa sus películas.

Cerca hay un Dodge Dart del 73, un Chevrolet Chevelle SS, un Porsche 911, y un hermoso escarabajo turquesa con un tapiz blanco impensable.

Pero las miradas vuelven siempre sobre el hot-rod, su motor de 1972, su carburador de cuatro barriles, sus mofles y sus luces.

“Su velocidad y potencia no se han calculado, pero te saca de órbita los ojos cuando aceleras a fondo”, dice Carlos Sánchez, mecánico del taller Ayala Máquina, que produjo el vehículo.

Y así se emociona la industria de los autos exóticos de Panamá.