Beber refrescos a diario aumenta el riesgo de enfermedad hepática hasta en un 60%, advierte estudio

Un nuevo estudio científico ha encendido las alarmas sobre el consumo habitual de refrescos, tanto azucarados como de dieta.

El estudio refuerza la necesidad de promover cambios de hábitos alimenticios / IA - META

Investigadores del Primer Hospital Afiliado de la Universidad de Soochow, en Suzhou, China, concluyeron que beber incluso una sola lata al día puede incrementar significativamente el riesgo de desarrollar enfermedad hepática grasa asociada a disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés), condición anteriormente conocida como hígado graso no alcohólico.

Los resultados fueron presentados en la Semana UEG, la conferencia anual de la organización sin fines de lucro United European Gastroenterology, dedicada a promover la excelencia en la salud digestiva.

De acuerdo con el análisis, menos de una lata de refresco al día, aproximadamente 250 gramos, es decir, menos de 9 onzas, eleva el riesgo de enfermedad hepática. La investigación señala que las bebidas azucaradas aumentan el riesgo en un 50%, mientras que las versiones de dieta, endulzadas artificialmente, lo elevan hasta en un 60%.

“Nuestro estudio muestra que las bebidas endulzadas artificialmente estaban realmente vinculadas a un mayor riesgo de MASLD, incluso con niveles de consumo modestos como una sola lata al día”, explicó el autor principal, Lihe Liu, estudiante de posgrado en gastroenterología. “Estos hallazgos desafían la percepción común de que estas bebidas son inofensivas y destacan la necesidad de reconsiderar su papel en la dieta y la salud hepática, especialmente a medida que MASLD emerge como una preocupación de salud global”.

El mecanismo detrás de este riesgo está asociado a los efectos metabólicos de estas bebidas. Según Liu, los refrescos azucarados “pueden causar picos rápidos en la glucosa e insulina en sangre, promover el aumento de peso y aumentar los niveles de ácido úrico, todo lo cual contribuye a la acumulación de grasa en el hígado”.

En cuanto a las versiones dietéticas, el investigador explicó que “pueden afectar la salud del hígado al alterar el microbioma intestinal, interrumpir la sensación de saciedad, impulsar los antojos de dulces e incluso estimular la secreción de insulina”.

La acumulación de grasa en el hígado no solo provoca inflamación, sino que puede derivar en enfermedades graves como cirrosis, cáncer hepático o fibrosis, reduciendo considerablemente la esperanza de vida, según advierte la Cleveland Clinic.

Te puede interesar: Mauricio Leal | Su herencia sigue congelada: abogada dice por qué nadie puede reclamarla

Te puede interesar: Zion hospitalizado tras grave accidente de tránsito: su equipo pide oraciones

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es que sustituir los refrescos por agua tiene un impacto directo y positivo en la salud. Al reemplazar una bebida azucarada por agua, el riesgo de MASLD disminuye en un 12.8%. Si se trata de refrescos de dieta, la reducción alcanza un 15.2%.

“La opción más segura es limitar tanto las bebidas azucaradas como las endulzadas artificialmente”, subrayó Liu. “El agua sigue siendo la mejor opción ya que elimina la carga metabólica y previene la acumulación de grasa en el hígado, mientras hidrata el cuerpo”.

La MASLD se ha convertido en una de las enfermedades metabólicas más frecuentes en el mundo moderno, vinculada a los hábitos de consumo y el estilo de vida. El estudio refuerza la necesidad de que los sistemas de salud y las políticas públicas promuevan cambios de hábitos alimenticios, especialmente en poblaciones donde el consumo de refrescos es cotidiano.

Lejos de ser un detalle menor, esta investigación muestra que incluso decisiones simples, como elegir agua en lugar de refrescos, pueden marcar la diferencia en la prevención de enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida a largo plazo.

Temas relacionados

Si te lo perdiste
Lo último