Actor de 'Pasión de Gavilanes' ahora trabaja como repartidor para mantener a sus hijos
Su testimonio ha despertado empatía y admiración en redes sociales.
Así es la nueva vida de Andrés Felipe Martínez, el villano de la novela colombiana.
El actor, recordado por millones de televidentes como Malcom Ríos, el antagonista implacable de Pasión de Gavilanes, ha dejado atrás los reflectores para enfrentar un nuevo papel: el de padre responsable que lo da todo por sus hijos, aun si eso significa trabajar como conductor y repartidor en Estados Unidos.
Lejos de las cámaras, Martínez vive hoy una rutina completamente distinta. Su historia, lejos de ser motivo de lamento, es testimonio de valentía, adaptación y sacrificio. “Recibir un cheque cada 15 días, eso no tiene precio”, declaró en una entrevista para Lo sé todo Colombia.
“Gracias a eso puedo enviar dinero y darles de comer a mis hijos, y eso vale más que cualquier otra cosa”, aseguró con determinación.
Con una sólida carrera en telenovelas como Pedro el escamoso o La mujer en el espejo, Andrés Felipe Martínez supo lo que era la fama y el reconocimiento. Pero la vida lo llevó a tomar decisiones difíciles: un divorcio y la urgencia de estabilizar su situación económica para apoyar a sus tres hijos, Pablo, Isabella y Gabriel, lo empujaron a dejar Colombia y empezar desde cero en otro país.
Ya instalado en EE.UU., su primer trabajo fue exigente y físico: “Me tocó duro, me tocaba levantar cajas de hasta 100 libras que enviaban a Colombia y Venezuela con comida”, contó. “Aquí se vive para trabajar. Trabajas, duermes, trabajas, duermes y sin familia, es muy duro. Hay mucha soledad”, agregó.
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El ego no alimenta a los hijos: “Esto es más valioso que cualquier fama”. Lejos de caer en la nostalgia, Martínez enfrenta su nueva realidad con humildad y sentido de propósito. Aunque muchas personas lo reconocen y se sorprenden al verlo trabajando como conductor o entregando paquetes, él responde con naturalidad y entereza.
“No me duele el ego porque estoy haciendo lo necesario para sacar adelante a mis hijos. Y eso es más valioso que cualquier fama o reconocimiento”, dijo el actor, hoy con 63 años.
Su testimonio ha despertado empatía y admiración en redes sociales, donde muchos valoran su ejemplo de paternidad comprometida y esfuerzo personal por sobre los aplausos del pasado.
Aunque su día a día está lejos de los sets de grabación, Martínez no ha abandonado del todo su pasión artística. Cuando se presentan oportunidades, participa en proyectos y mantiene el contacto con el medio que lo vio brillar. Sin embargo, su prioridad es clara: su familia.“Por ellos todo”, resume el actor, al hablar del motor que lo impulsa a seguir adelante, incluso en una tierra ajena, con horarios largos y sin la compañía de los suyos.