Diane Keaton | El legado multimillonario de la actriz ¿Cuánto es y quién lo hereda?

Entre sus operaciones más destacadas figuran la compra de una casa en Laguna Beach por 7,5 millones y su venta dos años después por 12,75 millones, así como otras viviendas en Pacific Palisades y Belmont que también le reportaron sustanciales beneficios.

Diane Keaton, actiz ganadora del Oscar en 1988 / AFP

La reciente muerte de Diane Keaton ha desatado intensos debates sobre el tamaño de su patrimonio y cómo será repartido entre sus herederos.

La estrella de Hollywood, fallecida a los 79 años el 11 de octubre de 2025, deja un legado económico estimado en 100 millones de dólares, fruto no solo de su carrera artística, sino de una sagaz estrategia en bienes raíces.

Keaton no solo brilló en la pantalla grande, sino que también tenía un ojo finísimo para el diseño arquitectónico y la renovación de propiedades históricas. Tal como informa Page Six, era “una experta en remodelar y revender propiedades previamente descuidadas”, lo que potenció su patrimonio considerablemente.

Entre sus operaciones más destacadas figuran la compra de una casa en Laguna Beach por 7,5 millones y su venta dos años después por 12,75 millones, así como otras viviendas en Pacific Palisades y Belmont que también le reportaron sustanciales beneficios.

Incluso una mansión centenaria que compró en 2007 por 8,1 millones fue vendida tres años más tarde al productor Ryan Murphy por 10 millones, después de una restauración completa.

En su último gran movimiento, Keaton puso en venta su “casa de ensueño” en Los Ángeles en marzo de 2025 por 29 millones de dólares, poco antes de su muerte. Esa decisión, insólita para alguien que había manifestado su intención de residir allí de forma permanente, sorprendió a muchos.

Además, Keaton plasmó su pasión por la arquitectura en su libro The House That Pinterest Built (2017), donde reveló que creó su hogar ideal inspirándose en el cuento de Los tres cerditos: “Sabía que quería vivir en una casa de ladrillos cuando creciera”.

Keaton, quien nunca se casó pero adoptó a dos hijos ya adultos (Dexter en 1996 y Duke en 2001), había construido su vida desde la independencia, y ahora esos dos serán los beneficiarios legales de su patrimonio.

La herencia total, valorada en 100 millones de dólares, está compuesta por propiedades, activos inmobiliarios y bienes artísticos, además de derechos asociados a su filmografía.

Aunque aún no se han revelado documentos oficiales del testamento, la mayoría de medios coinciden en que Dexter y Duke serán los receptores del grueso del patrimonio.

Keaton no era una coleccionista pasiva de inmuebles. Supo transformar casas deterioradas en joyas arquitectónicas que luego vendía con ganancias considerables.

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Un ejemplo notable ocurrió en Laguna Beach, donde compró por 7,5 millones y la revendió por 12,75 millones. También en Pacific Palisades advirtió ganancias tras una compra por 5,6 millones y venta por 6,9 millones unos años después.

Otro caso: la mansión que adquirió en 2007 por 8,1 millones y luego vendió por 10 millones al productor Ryan Murphy, tras una cuidadosa restauración. De ese modo, su habilidad como inversora inmobiliaria sumó un valor creciente a su patrimonio artístico.

Si bien se conoce mucho del valor de sus activos, la causa de la muerte de Keaton permanece sin confirmación oficial. El anuncio difundido por People no detalla las razones.

Algunos allegados señalaron que Keaton “luchaba en secreto con un tema de salud progresivo” y que su estado declinó de forma repentina. Durante sus últimos meses, evitó la exposición pública y pasó tiempo en su hogar de Brentwood, acompañada por sus más cercanos, incluyendo su perro Reggie, según reportes.

La fortuna que deja Diane Keaton no solo es cuantiosa, sino también un testimonio de su espíritu independiente, su gusto estético y su visión como empresaria del diseño.

Ahora, Dexter y Duke recibirán no solo dinero, sino herencia artística y emocional: propiedades llenas de recuerdos, proyectos arquitectónicos valiosos y una vida moldeada desde la libertad.

Aunque su paso por este mundo ha terminado, su nombre seguirá vivo en construcciones, cuentos, películas y en la grandeza del patrimonio que supo edificar con creatividad, riesgo y convicción.

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