Gyllenhaal y Fuqua esculpen al grande del boxeo Billy "The Great" Hope
El director Antoine Fuqua recibió una llamada preocupante cuando comenzaba la preproducción del drama del boxeo "Southpaw".
Era Terry Claybon, un experto en el deporte que había entrenado a Fuqua por años. Se acababa de reunir con Jake Gyllenhaal para ver si el actor podía pelear y no tenía buenas noticias.
En "Southpaw", que se estrena el viernes, Gyllenhaal debía interpretar al campeón de peso semipesado Billy "The Great" Hope.
"Me dijo, 'es el tipo equivocado, elegiste al tipo equivocado''', dijo Fuqua.
Gyllenhaal no tenía la culpa. Jamás había boxeado y Fuqua estaba buscando algo específico.
Como un estudiante y devoto del boxeo de toda la vida, el director de "Training Day" ("Día de entrenamiento") quería realismo en su película. Nunca había dirigido un filme sobre el cuadrilátero que tanto amaba y en verdad no quería hacer tan sólo una película más sobre boxeo.
Entre "Rocky" y "Raging Bull" ("Toro salvaje") y un número de imitaciones inferiores, el cine no ha ocultado su afición por el drama y las metáforas inherentes a este brutal deporte.
"Pensé, 'necesito a un tipo que me dé su corazón, que entrene siete días de la semana, dos veces al día y que coma, sueñe y beba como un luchador''', relató Fuqua. Y su entrenador de confianza acababa de decirle que Gyllenhaal no era esa persona.
El creador de "Sons of Anarchy" Kurt Sutter había escrito el guion sobre la caída de gracia de este campeón y su lucha por recuperar a su hija del rapero Eminem. Y Gyllenhaal no era el único actor cuyo nombre se barajó luego que Eminem se retiró.
Pero la posibilidad se mantuvo. Fuqua no era el único que pensaba que Gyllenhaal tenía el físico y la expresividad necesaria para presentar a este tipo medio antipático como alguien querible; a Harvey Weinstein también le gustaba.
Gyllenhaal fue preparado para el reto. El actor de 34 años acababa de bajar casi 14 kilos (30 libras) para interpretar a un repulsivo videógrafo independiente en "Nightcrawler" ("Primicia mortal") y no dudó en saltar al cuadrilátero.
Dos semanas después de la llamada inicial, Claybon tenía un mensaje muy diferente.
"Dijo, 'tenías razón. Este tipo tiene corazón. Es duro''', recordó Fuqua.
Así que comenzaron a esculpir juntos a Billy Hope. Literalmente.
Fuqua y Gyllenhaal entrenaron hombro a hombro con Claybon dos veces al día, casi todos los días, durante meses. Hicieron de todo: saltos entre neumático, sesiones de guantes, sprints, carreras largas y abdominales. Fuqua eventualmente redujo sus entrenamientos a una vez por día, pero Gyllenhaal no aflojó.
Tampoco dejó de ser duro consigo mismo en el plató. Fuqua filmó asaltos ininterrumpidos de tres minutos y a veces de seis, sin la ayuda de dobles. Junto con el director de cinematografía Mauro Fiore enlistó a los veteranos de HBO Boxing Todd Palladino y Rick Cypher para que grabaran las peleas.
"Filmamos como se filmaría una verdadera pelea. Hicimos asaltos reales. Ni siquiera parábamos para iluminar. Cuando él estaba exhausto, cuando le dolían los pulmones, cuando escupía sangre, era real", dijo Fuqua.
Gyllenhaal se entregó con devoción al papel.
"Hubo un par de escenas en las que recibió fuertes golpes en las costillas", dijo Fuqua. "Yo iba a parar el rodaje y él me hizo una señal de que me fuera. Quería seguir adelante".
Muchos de esos golpes terminaron en la edición final de la película.
"Crea profundidad y le da riqueza. Nunca llegó a ser demasiado", indicó Gyllenhaal. Ni siquiera cuando estaba vomitando en una esquina.
Aunque su transformación física fue primordial, el actor también tuvo que sumergirse en el verdadero mundo del boxeo. Tomó elementos de las personalidades y de las experiencias que había visto y escuchado de los amateurs en el gimnasio durante sus cinco meses de preparación.
"Los efectos que tiene sobre los luchadores son brutales", dijo. "Debido a eso, no estoy ahí sólo para ver una pelea, también estoy ahí para ver y preguntar por qué pelea cada boxeador, para descubrir qué es lo que están tratando de demostrar".
El único boxeador profesional al que Gyllenhaal contactó personalmente fue el puertorriqueño Miguel Cotto, cuya técnica y vida familiar sirvieron como una gran influencia para el personaje.
"Me encanta cómo pelea, su estilo, me encanta verlo", dijo el actor.
Cotto incluso inspiró un pequeño pero poderoso detalle en "Southpaw": Billy Hope sale del cuadrilátero sin música de fondo en una escena culminante, que es exactamente lo que Cotto hizo cuando peleó con el argentino Sergio Martínez en junio del 2014. Gyllenhaal sabía que era perfecto para el momento de Billy, y Fuqua estuvo de acuerdo.
"Me tomó como un mes y medio salirme de todo esto, de toda esta experiencia", dijo el actor, aunque continúa entrenando y dice que le gustaría haber tenido más tiempo para perfeccionar sus movimientos. Pero no le gusta mortificarse por la línea borrosa entre la ficción y la realidad.
"Para mí, ese es el arte de la actuación. Si parece mágico, lo estás haciendo bien", dijo Gyllenhaal.
Y tiene los moretones para demostrarlo.