Todos queremos creer que los juguetes cobran vida cuando están solos

El actor norteamericano, Tom Hanks, que presta su voz al vaquero Woody en la nueva entrega de "Toy Story 4", una de las mejores sagas de animación, posa para los medios durante la presentación de la película  que se estrena el próximo viernes.
El actor norteamericano, Tom Hanks, que presta su voz al vaquero Woody en la nueva entrega de "Toy Story 4", una de las mejores sagas de animación, posa para los medios durante la presentación de la película  que se estrena el próximo viernes. / EFE
Efe
19 de junio 2019 - 11:48

El actor Tom Hanks, que presta su voz al personaje de Woody en "Toy Story", cuya cuarta entrega se estrena este próximo viernes, dijo hoy que el éxito de esta popular serie de Pixar se debe al "elemento mágico que hay en unos juguetes que cobran vida, algo que todo el mundo quiere creer que es cierto".

En una entrevista concedida a Efe, el actor norteamericano alimentó esta ilusión, al añadir que, de hecho, no se puede demostrar que no sea así, "porque a lo mejor los juguetes cobran vida cuando están solos en la habitación".

"Los juguetes (en 'Toy Story') tienen una vida interior, combinada con historias y aventuras fantásticas que están en todos nuestros sueños, y además reflejan todos los cambios a los que nos enfrentamos cuando nos hacemos adultos", señaló.

Destacó el protagonista de "Philadelphia" y "Forrest Gump" que detrás de las películas de esta serie animada "no hay brujería, ni pócima mágica, ni venenos, son juguetes que cobran vida y se enfrentan a los problemas que tienen, y esa es la clave del éxito".

En tiempos del "Me Too", Hanks elogió que en "Toy Story 4" los personajes femeninos sean fuertes y líderes: "Las experiencias que ha tenido Poppy (una muñeca de porcelana) le permiten estar al mando, es inteligente, como debe ser, y Woody, que es honesto, tiene la experiencia suficiente como para saber que no sabe nada y que la candidata natural para liderar es Poppy y no tiene ningún problema de ego o de status".

El vaquero Woody, añadió, puede ser "un buen ejemplo de vivir en una meritocracia y que los inteligentes lideren el camino".

Sobre la débil frontera que separa actualmente el cine de la televisión, que ha propiciado una emigración masiva de actores y directores a la pequeña pantalla, Hanks piensa que "el cine dura dos horas, tiene una estructura de tres actos, mientras que en la televisión un episodio puede durar una hora y puede continuar hasta el siguiente episodio".

"Una película que intenta cubrir generaciones tiene que hacerlo de manera abreviada y una serie puede durar cinco años y eso implica al público.

Además, hay unas restricciones económicas, pues las películas necesitan recuperar la inversión muy rápido, mientras que una serie puede ser eterna, se puede retomar al cabo de siete años de su estreno", agregó el actor.

Hanks se refirió a la polémica sobre el cine y plataformas como Netflix, que ve como "un modelo de negocio en sí mismo, que ha hecho muchas cosas muy bien, que son buenos haciendo series largas, pero que no ha sido capaz de producir una película de dos horas que sea igual que el cine".

Para Hanks, es bueno que las plataformas ofrezcan algo que se pueda ver en casa con un buen sistema de sonido, pero "Netflix no podrá igualar a ninguna gran sala, en la que se congregan un grupo de extraños alrededor de una pantalla enorme", donde la gente se olvida de que está ahí, porque está metido "en una experiencia".

Después de haber participado en filmes como "Saving Private Ryan" o producido las series "The Pacific" o "Band of Brothers", Hanks vuelve nuevamente a la II Guerra Mundial con el filme bélico "Greyhound" y "In the garden of beasts", esta última sobre el primer embajador norteamericano en la Alemania nazi.

"Mi interés específico por la II Guerra Mundial es una cuestión de generación, porque mis padres y cuidadores estuvieron en ese tiempo", confesó Hanks, aunque para el actor "volver a cualquier período de la historia es enriquecedor".

En cualquier proyecto de género histórico, "la mayor responsabilidad es no alterar los datos históricos por cuestiones de guión, se tiene que ceñir a los hechos" y tratar de ver cómo lo que pasó entonces ha afectado al presente.

Argumentó Hanks que vuelve una y otra vez a las producciones históricas porque le gusta plantearse qué haría él "en esas circunstancias". "Pero finalmente no lo sabes", apostilló.

Los productores Jonas Rivera y Mark Nielsen han explicado este miércoles en Barcelona que con la cuarta entrega de Toy Story continúan la historia y el ritmo de la tercera, aunque "ampliando el arco narrativo del personaje de Woody".

Precisamente, el principal reto para el director, Josh Cooley, fue la propia historia: "No queríamos que fuera una historia más".

Como en ocasiones anteriores, la posibilidad de una nueva entrega de la saga ha flotado en el ambiente de la posterior conferencia de prensa: "Si fuera el final de la saga me quedaría satisfecho, pero es verdad que todas las películas dejan abierta la continuación con alguno de los personajes".

Aseguraron los productores, sin embargo, que no tienen planes para Toy Story 5, a lo que un divertido Tom Hanks replicó: "Seguramente que un niño que vea la 4, dentro de veinte años dirá que tiene una historia nueva y entonces se grabará".

Hanks, que durante la rueda de prensa se ha mostrado muy expresivo, cómico e incluso ha hecho voces, unas veces imitando a Keanu Reaves y en otras haciendo de malvado, se ha congratulado por haber comenzado su carrera en una compañía de teatro con un repertorio de varias obras clásicas, entre las que había dramas y comedias, algo que posteriormente marcó su trayectoria cinematográfica.

"Sean dramas o comedias, en ambos casos sabíamos que éramos fieles a la naturaleza humana y yo he hecho películas serias y cómicas; y no te tomas más en serio el drama que la comedia, sino que intentas hacerlo bien y que sea real", aseguró Hanks.

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