Amor Amargo
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Desde el apretón de manos inicial hasta el tono de voz, el lenguaje corporal y sí, incluso los colores que se eligen para vestir. La ciencia del color, en combinación con principios de la psicología de la percepción, ha demostrado que la ropa que usamos puede influir profundamente en cómo nos evalúan los reclutadores. Y no se trata de moda, sino de estrategia.
Los expertos coinciden en que los primeros minutos de una entrevista son decisivos. Es en ese corto periodo donde el entrevistador forma una idea inicial sobre el o la candidata, y esa percepción suele influir, consciente o inconscientemente, en el resto de la conversación.
“La elección del color en la ropa que llevamos a una entrevista tiene un peso casi igual al del peinado o el maquillaje”, asegura Marta Sarmiento, psicóloga sanitaria con formación en la Universidad de Sevilla, en una entrevista con ABC. Según la especialista, los colores pueden funcionar como señales no verbales que alteran, para bien o para mal, la atención del interlocutor.
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De acuerdo con estudios en psicología del color, las tonalidades neutras son las más recomendadas para entrevistas formales, ya que proyectan profesionalismo y permiten que el foco de atención esté en las habilidades y el discurso del candidato, no en su atuendo. Entre los más recomendados están:
Sarmiento recomienda que estas tonalidades dominen el conjunto y, de ser posible, se eviten estampados llamativos o elementos que puedan distraer.“Los colores neutros ayudan a que el entrevistador se centre más en lo que dices y no tanto en cómo luces”, enfatiza la especialista.
Así como hay colores que pueden ayudarte a proyectar una imagen profesional, también hay otros que es mejor guardar para otras ocasiones. Los tonos demasiado intensos o estridentes pueden captar la atención, pero no necesariamente de forma positiva.
“No recomendaría el color rojo o colores estridentes. Deben conocerte a ti, la atención de esa persona debe centrarse en lo que dices y no en cómo vistes”, explica Marta Sarmiento. No todos los puestos laborales exigen el mismo nivel de formalidad, y eso también debe reflejarse en la elección de la ropa. Ir de traje formal a una entrevista para un puesto operativo puede transmitir desconexión con el entorno o falta de criterio.
“No es tan recomendable ponerse unos tacones e ir con un traje de chaqueta a una oferta de trabajo que sea para un puesto de logística o en almacén, por ejemplo. En cambio sí recomendaría que fuera en botines o vaqueros, algo que sea un poquito más informal para ese mismo puesto”, detalla Sarmiento.
Vestir en función del tipo de empresa, del cargo deseado y del sector económico no solo es una cuestión de estilo: también proyecta comprensión del entorno laboral y capacidad de adaptación.
Aunque la ropa y el color son importantes, la entrevista es una experiencia integral, y hay otros factores igual de determinantes para destacar: