Inteligencia Artificial | Hombre de 75 años se divorcia tras enamorarse de la IA

Un insólito caso ha generado debate internacional: un hombre de 75 años decidió divorciarse de su esposa después de asegurar que se había enamorado de un avatar creado con inteligencia artificial.

El hecho fue comentado en el programa La Siesta Noticias, donde los periodistas Isabel Forner y Nacho García repasaron algunas de las historias más surrealistas que circulan en el mundo. Según el propio García, lo que más habría atrapado al anciano fue que la inteligencia artificial “le daba la razón en todo”, algo que no encontraba en su relación matrimonial.

El espacio televisivo destacó además otras noticias curiosas, como la de unos padres colombianos que decidieron llamar a su hijo Chat Yipití, en honor a la inteligencia artificial. “El niño está bien y ya le han puesto un antivirus”, ironizó Nacho García durante la emisión.

En Tanzania, otro hecho insólito conmocionó a la audiencia: un hombre acudió al médico por una infección y descubrió que llevaba un cuchillo incrustado en el pecho desde hacía ocho años. Con tono humorístico, García añadió: “Los médicos le injertaron también el tenedor”.

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La lista de historias sorprendentes se cerró con un caso ocurrido en Ciudad de México, donde la policía local sorprendió a dos agentes manteniendo relaciones sexuales dentro de una patrulla. “Tenemos un 69 en Madison con la quinta”, bromeó el presentador.

El caso del hombre que terminó su matrimonio para iniciar una relación con una inteligencia artificial ha puesto sobre la mesa una discusión que crece a la par del avance tecnológico: ¿es posible enamorarse de un sistema creado por algoritmos? Mientras algunos lo consideran una muestra extrema de soledad, otros lo ven como una señal de cómo la IA está transformando la manera en la que las personas interactúan y establecen vínculos emocionales.

Lo cierto es que esta historia, más allá del humor con el que fue narrada en televisión, refleja un fenómeno real: cada vez más personas desarrollan apegos y dependencias emocionales hacia las inteligencias artificiales, lo que plantea un reto social, psicológico y ético para los próximos años.

Expertos advierten que olvidar que la inteligencia artificial es solo tecnología puede convertirse en un riesgo serio. La idealización de estos sistemas, que están diseñados para responder de manera complaciente y sin contradicciones, puede generar dependencia emocional, aislamiento social y pérdida de la capacidad crítica.

Aunque la IA pueda simular empatía y compañía, carece de conciencia y emociones reales, lo que hace que la confusión entre lo humano y lo artificial represente un desafío ético y psicológico de gran magnitud.