Juan Gabriel: El ícono mexicano que supo cambiar penurias por amor

El cantante mexicano, Juan Gabriel
El cantante mexicano, Juan Gabriel / Foto/AFP
Liz Ortíz - Periodista
01 de septiembre 2016 - 06:51

Desde hace 45 años, Juan Gabriel ha sido un ícono mexicano que ha formado parte de la cultura popular del mundo hispanohablante.

El impacto de sus variadas composiciones se ajustó a la realidad de una buena parte de la sociedad de América Latina hacia los años 70.

México estaba adelantado en producción televisiva y por tanto aquellas películas de la época de oro del cine mexicano, aunque producidas en blanco y negro, fueron la propuesta más próxima para deleitar a los habitantes del istmo.

(Ahora ya conocen algunos el por qué a muchos de nuestros abuelitos y parientes les gustan tanto las rancheras).

Porque a las estaciones de radio panameñas llegaba material producido, mayormente, en México.

Funcionaba la radio para entretener y comunicarse puesto que a través de esa novedad que tenía el alcance de llegar a los lugares más recónditos y cimentó así la vinculación social de los panameños.

Fue una herramienta fundamental para aquellos que iban emigrando del interior hacia la ciudad y la forma de tener noticias de los seres queridos distantes.

El acceso a las comunicaciones telefónicas eran escasas y la población no siempre tenía acceso por tanto la radio funcionaba como emisora de los mensajes y sin duda también para aquellos cargados de sentimiento.

Sin divorciarse de la rancheras, el talento de Juan Gabriel empezó a brindar hacia la década del 70 pinceladas de sentimientos diferentes, cargados de energía positiva y de enamoramientos sublimes.

Fue Juan Gabriel y su música aquel enlace para unir corazones, para suavizar las tensiones en el amor. Pero también la propuesta musical que apelaba a esa clase de sentimiento filial.

Allí radica la gran ironía. Alguien a quien no valoraron en su familia y que tuvo tantas penurias pregonaba esa clase de amor.

La vida le había negado tanto que hasta le quitó el miedo y no parecía detenerse en la búsqueda de su meta.

Pero bien valió la pena atravesar tantas tristezas porque pudo demostrar que es posible que los sueños se cumplan si realmente te entregas a tus metas con compromiso.

El público se rindió ante su talento.

Difícilmente se puede hablar de una historia de amor en los últimos 40 años donde no existiera una canción de Juan Gabriel. O que en algún momento festivo no se haya cantado algún tema entre amigos.

El Divo de Juárez tuvo esa extraordinaria visión para traducir el gusto musical popular, sin renunciar a su estilo y logró unir a la generación que le vio crecer con las siguientes.

La pérdida de “El Divo de Juárez” cuyo talento fue indiscutiblemente sobresaliente y perdurable, supone interrogantes para este género puesto que con él desaparece un estilo singular para cantar e interpretar, que marcó a varias generaciones del mundo hispanohablante para el cual ganó un merecido espacio en otras culturas y latitudes.

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