Juan Gabriel: Netflix revela el abuso sexual que sufrió en su adolescencia y marcó su vida

La plataforma toca escenarios oscuros del pasado del artista y leyenda de México.

Juan Gabriel en la presentación de los Latin Grammy del año 2009 / AFP

La vida del artista ha sido contada y revisada en múltiples formatos, pero ninguna producción había revelado con tanta crudeza el episodio más doloroso que atravesó el ícono musical mexicano.

El nuevo documental de Netflix, “Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero”, muestra una verdad que ni el propio artista incluyó en su bioserie Hasta que te conocí: el cantante fue víctima de abuso sexual durante su adolescencia.

Aunque el público conocía fragmentos de una infancia marcada por la separación familiar, pobreza extrema y estancias en casas hogar, el documental expone por primera vez con detalle uno de los capítulos más devastadores en la vida de Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como Juan Gabriel.

A solo 15 minutos del primer episodio, el periodista y gestor cultural Alejandro Brito contextualiza las dificultades que enfrentó el artista desde muy pequeño: “A los 16, acusado de robar unos perfumes en Ciudad Juárez, y ese año, detenido solamente por su amaneramiento, según esto, por obstruir la labor de inspección…”

Brito subraya el abandono emocional que sufrió Juan Gabriel y la falta de una red familiar que lo protegiera: “Si tú ves su declaración, se puede apreciar la difícil y solitaria infancia que tuvo, sin ninguna orientación y apoyo familiar, ya que no tenía un hogar bien integrado.”

Sin embargo, la revelación más impactante llega al ahondar en los años previos del joven Alberto, cuando se vio obligado a trabajar para sobrevivir: “A los 13 años se vio en la necesidad de trabajar de mozo en casa de un sacerdote, el cual abusó sexualmente de él”.

La información se presenta sin sensacionalismo, pero con una fuerza que reconfigura completamente la comprensión pública sobre el origen emocional del Divo de Juárez. El documental no profundiza más en los detalles, respetando la memoria del cantante, pero deja claro que este episodio marcó su vida y su visión del mundo.

El documental reconstruye la cadena de injusticias que enfrentó Juan Gabriel en su juventud, incluyendo su paso por la cárcel. Fue acusado de delitos que no cometió, entre ellos, el robo de perfumes y diversas detenciones arbitrarias relacionadas con prejuicios por su expresión de género y orientación sexual.

Uno de los pasajes más significativos señala su encierro en la famosa prisión de Lecumberri, donde Alberto Aguilera encontraría, inesperadamente, el destino que lo transformaría para siempre. Allí conoció a La Prieta Linda, quien sería clave en su salida del penal y en el inicio de su carrera profesional.

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Gracias al apoyo del entonces director de Lecumberri, el Gral. Puentes, y a la insistencia de la cantante, Juan Gabriel recuperó su libertad. Fue ella quien lo llevó a RCA Víctor, donde comenzó la historia del artista que revolucionaría la música latina.

Lejos de detenerse ante un pasado doloroso, Juan Gabriel canalizó sus vivencias en una sensibilidad artística única. Su obra, cargada de nostalgia, amor incondicional y esperanza, refleja la fortaleza de un hombre que, pese a las adversidades, eligió crear belleza.

La revelación presentada por Netflix no solo humaniza aún más al artista, sino que también aporta un contexto necesario para entender su lucha, compasión y arraigada conexión con las personas marginadas.

Este documental se convierte así en una pieza fundamental para comprender el verdadero origen del mito: un niño abandonado, un adolescente violentado, y finalmente, un hombre que transformó el dolor en arte y se convirtió en símbolo universal de resiliencia y amor.

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